Reclama al Estado 2,7 millones por no permitirle ver a sus hijos

  • Su exmujer lo denunció en 2003 por violación.
  • El Supremo lo absolvió en 2008, pero no ha contactado con sus hijos en 8 años.
Varios niños en la entrada de un colegio.
Varios niños en la entrada de un colegio.
EP
Varios niños en la entrada de un colegio.

El calvario de José González Medina comenzó el 27 de mayo de 2003, cuando su exmujer (de la que ni quiere hablar) lo denunció por violación. En estos años ha luchado por demostrar su inocencia y lo ha conseguido, pero ha perdido lo "más importante": sus hijos. El mayor tenía 10 años y la pequeña dos. No los ha vuelto a ver. Este lunes ha llorado ante los medios al recordarlo todo. Sus abogados, Enrique Carrasquilla y Luis Romero, piden al Estado más de 2,7 millones de euros por daño moral y lesión de su presunción de inocencia.

Su historia está llena de obstáculos. El día de su detención, uno de los agentes que lo arrestó, que era familiar de su exmujer, "lo empujó" y lo llamó "maltratador". Su caso lo ha llevado el Juzgado de Primera Instancia de Dos Hermanas, que dictó la sentencia de separación del matrimonio en mayo de 2004 y suspendió cautelarmente sus visitas a los niños. Sus letrados recurrieron y, en 2005, la Audiencia Provincial de Sevilla impuso un régimen de visitas: hora y media al mes. Pero no es hasta 2006, cuando el juzgado nazareno reconoce su derecho a ver a los menores y fija las visitas en un Punto de Encuentro (PE). José no consiguió verlos, porque el PE "estaba saturado". Se propuso que las visitas se realizaran en otra provincia, pero la petición no se aceptó.

Suspenden las visitas

En 2006 llega también la sentencia de divorcio y se vuelve a reconocer su derecho a ver a sus hijos. Sin embargo, las visitas siguen sin producirse. Además, el caso se complica más: en diciembre de ese año, el juez de Dos Hermanas suspende las visitas hasta que "no haya sentencia" por la denuncia de violación. José sigue luchando. En 2008, la Audiencia lo condena a seis años de cárcel por ese delito y sus abogados acuden al Supremo: lo absuelve en octubre de 2009 y apunta que "se ha vulnerado su derecho a la presunción de inocencia".
José González.

La sentencia del Alto Tribunal se traslada a Dos Hermanas, pero el juzgado no establece las visitas con los menores hasta febrero de 2010, cuando el PE vuelve a estar otra vez "saturado". José volvió a ver a su hijo mayor a finales de 2010, pero el joven solo se limitó a comunicarle que "para él no existía". Su hija ni siquiera quiso verlo. Para los abogados, son víctimas del Síndrome de Alienación Parental. La "traca final" llegó en enero de este año: ante los informes de los técnicos del Punto de Encuentro, el juzgado corta definitivamente las visitas con sus hijos.

José está en tratamiento psicológico desde 2003 y se siente "abandonado por el sistema judicial". Sufre "frustración e impotencia", porque se le sigue tratando como "un violador", y está lleno de dolor: su madre falleció hace unos años sin poder ver de nuevo a sus nietos. Se declara en contra de cualquier maltrato y a favor de que se condene a quienes interpongan denuncias falsas. Ve "casi imposible" recuperar a su hijo y teme que ocurra lo mismo con la niña, pero asegura que mientras viva intentará acercarse a ellos.

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