Una selección de fotografía portuguesa de los últimos 50 años se presenta en Valladolid por primera vez en España

La Sala Municipal de Exposiciones de San Benito de Valladolid, acogerá el próximo viernes, 8 de abril, la inauguración de la exposición 'Tengo tanto sentimiento, 50 años de fotografía portuguesa', formada por cerca de un centenar de obras de autores del país vecino.

La Sala Municipal de Exposiciones de San Benito de Valladolid, acogerá el próximo viernes, 8 de abril, la inauguración de la exposición 'Tengo tanto sentimiento, 50 años de fotografía portuguesa', formada por cerca de un centenar de obras de autores del país vecino.

Según han explicado fuentes municipales en un comunicado recogido por Europa Press, la muestra acoge obras de Helena Almeida, Castello-Lopes, Jorge Guerra, Nuno Maya, Jorge Molder o Sena da Silva, entre otros. Las obras pertenecen a los fondos de Foto Colectania o de la Fundación PLMJ de Lisboa y también a otros coleccionistas portugueses.

La fotografía portuguesa, según el mismo comunicado, "está plagada de calidad, creatividad y arrojo que esta muestra quiere reconocer". Para esta selección, se ha tenido en cuenta las particularidades, complementariedades y referencias de cada unos de los fotógrafos que aparecen en la muestra. Algunos de ellos siguen trayectorias más bien documentales y otros mantienen una visión más personal; por otro lado, en la selección aparecen fotógrafos que conviven en la misma época, y otros que comparten ideas a través del tiempo.

En algunos casos se reúne una selección extensa de varios trabajos, lo que permite realizar un recorrido por su obra; en otros casos, se ha optado por unas pocas imágenes singulares y emblemáticas del artista.

Así, la muestra comienza con los "grandes clásicos" de los años 50 que, en la tradición humanista de la posguerra, con Gerard Castello-Lopes y António Sena da Silva, los años 60 de Jorge Guerra. El texto menciona también la "influencia surrealista y la libertad en la lectura de lo real de la obra de Fernando Lemos".

Ya en las décadas de los 70 y 80 se recoge la obra de Jorge Molder en cuyas series predominan escenarios solitarios y tenebrosos. En el caso de Helena Almeida sus obras van "en relación a lo abstracto y a la interacción con la línea y la mancha pictórica, todo ello relatado a través de la performance de su cuerpo en la superficie y el espacio".

De finales de los 80 e inicios de los 90, se recoge el regreso a las escenas de calle, ya sea en los viajes de Paulo Nozolino, o en António Júlio Duarte en sus viajes al Oriente y a través de Europa.

Completan esta selección algunos autores emergentes que, con trabajos realizados ya en el siglo XXI, tienen en común la presencia humana en sus representaciones aunque, eso sí, desde puntos de vista muy distintos. Entre estos han destacado a Nuno Maya, Rita Magalhaes y los retratos de Catarina Botelho.

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