El segundo volumen del 'Catálogo General Razonado de las pinturas, esculturas y dibujos de Julio González,' que pretende abarcar la totalidad de la producción creativa del artista calatán, saca a la luz cerca de 700 obras inéditas correspondientes al período de "madurez íntima" del autor.

Así lo ha anunciado el responsable del trabajo, el crítico Tomás Llorens, durante la rueda de prensa de presentación de la segunda entrega de esta obra de investigación, que editan conjuntamente el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) y la Fundación Azcona. También han asistido al acto la directora del museo valenciano, Consuelo Ciscar, y el presidente y director de la fundación, Ladislao y Sergio Azcona, respectivamente.

El libro —que da continuidad al primer volumen publicado en 2007— reseña 733 obras del período 1912 a 1923, en el que el autor, que aún se ganaba la vida como artesano, cimentó las bases de su arte, con las primeras incursiones en los temas campesinos y femeninos y el concepto de dibujar en el espacio a partir de las máscaras. Todo ello, florecería a partir de la década de los años 30, ha explicado Llorens.

La principal aportación que realiza la obra es la de documentar cerca de 700 obras inéditas y que se han rescatado fundamentalmente de los cuadernos de trabajo que heredó su única hija, Roberta. A partir de las notas y posibles dataciones que la heredera de Julio González realizó de estos fondos, Tomás Llorens ha llevado a cabo una exhaustiva labor de comparación para poder "estrechar" las horquillas temporales y proporcionar un "perfil más preciso" del autor.

El resultado es un libro de 789 páginas y más de 700 reproducciones de las obras, todas ellas a color, que sirven para guiar a estudiosos y aficionados por la "aventura vital y creativa del artista" durante esos años. Esculturas, relieves, pinturas —sobre todo un pequeño grupo de naturalezas muertas— y retratos de su hija en formato de dibujo centran una etapa en la que "no hay grandes obras" pero se sientan las bases de sus mejores creaciones.

En esta época, ha relatado el especialista, Julio González desempeñó un papel "discreto y modesto" en el París de las vanguardias y en la que todavía no se había decidido entre la pintura y la escultura, una disciplina ésta última que, finalmente, le daría el reconocimiento universal. Mientras dirigía sus pasos, el artista trabajaba como artesano y abrió, junto a su cuñado, una tienda de artes decorativas en la que vendió su propia obra y la de amigos como Pablo Gargallo.

El estallido de la I Guerra Mundial truncó este proyecto empresarial y, seguidamente, 1918 marcaría un antes y un después en su biografía, por la muerte de su cuñado, el ingreso de su hija en un sanatorio para que mejorar de una dolencia crónica y su empleo en una industria de soldaduras mecánicas, donde aprendería la técnica que tan útil le fue en su producción artística posterior.

De este modo, el libro ilustra una "etapa íntima" de la vida de González y avanza un paso más en una catálogo que tiene como objetivo "acercarse al legado completo de Julio González y no sólo a su primavera artística", ha insistido Llorens.

Próximos volúmenes

El experto ha comentado que la previsión es que el Catálogo alcance los cinco o seis volúmenes, dependiendo de las obras que finalmente aparezcan. En total, se espera recoger una cantidad cercana a las 6.000 piezas. Asimismo, ha avanzado que la próxima entrega se centrará en el desarrollo del dibujo en el espacio.

Por su parte, Consuelo Ciscar ha declarado que en este estudio se ve a un Julio González "próximo y natural, con una obra de gran ternura que refleja la realidad vital del artista y su horizonte más cercano".

Por último, tanto Ladislao como Sergio Azcona han coincido en destacar el "trabajo titánico" que supone la redacción de este catálogo que "va a ser un referente" de la historiografía y que constituirá "la obra más importante" sobre un artista español, han afirmado.