Policías dicen que el acusado de matar a su expareja estaba "sobrio" y "muy tranquilo"

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han coincidido en señalar que Richard Genaro Q.C., acusado de asesinar "por celos" en mayo de 2010 en las cercanías de la avenida de San Lázaro de Sevilla a su expareja tras asestarle ocho puñaladas en el pecho y en la espalda con un cuchillo de cocina, estaba "muy tranquilo" y "sobrio" en el momento de la detención, que se produjo minutos después del luctuoso suceso.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han coincidido en señalar que Richard Genaro Q.C., acusado de asesinar "por celos" en mayo de 2010 en las cercanías de la avenida de San Lázaro de Sevilla a su expareja tras asestarle ocho puñaladas en el pecho y en la espalda con un cuchillo de cocina, estaba "muy tranquilo" y "sobrio" en el momento de la detención, que se produjo minutos después del luctuoso suceso.

Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, durante la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Sevilla contra este hombre, un inspector del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía que participó en la investigación de los hechos y que tomó declaración al detenido ha señalado que este se encontraba "en perfectas condiciones".

De este modo, el agente ha recordado que, en su declaración policial, Richard Genaro "confesó que la había matado porque le había dejado", al tiempo que ha puesto especial énfasis en el hecho de que "se encontraba completamente sobrio" y "no mostraba signos externos de haber consumido sustancias estupefacientes", tras lo que ha destacado que el cuchillo utilizado para cometer el crimen, que encontraron "oculto" en un seto cercano al lugar de los hechos, "es un arma mortal" de 15 centímetros de hoja.

El cuchillo,

"escondido" en unos setos

Asimismo, un segundo agente policial ha relatado que él fue quien encontró el cuchillo en los setos, y ha precisado que "estaba muy bien puesto, como si lo hubieran escondido", todo ello al tiempo que ha coincidido con su compañero en señalar que el procesado "se encontraba muy tranquilo, algo que me sorprendió después de lo sucedido".

En la jornada de este martes han declarado varios testigos más, entre ellos un joven que el día del crimen, el 17 de mayo de 2010, se encontraba caminado por la zona y observó "como un forcejeo" entre dos personas durante el cual una de ellas "golpeó a la otra un puñetazo en el pecho", aunque "en un primer momento pensé que era un tirón de bolso o un atraco".

"Fue todo muy rápido", ha descrito este testigo, señalando que, durante el "forcejeo", la víctima decía "déjame" y "suéltame". Tras ello, el acusado "salió corriendo en mi dirección, por lo que lo seguí con la mirada y vi que llevaba en la mano derecha un objeto afilado, y tras ello vi a la mujer en el suelo pidiendo ayuda".

El acusado se declara culpable

En la primera jornada de la vista oral, el procesado, para quien la Fiscalía pide 20 años y 9 meses de cárcel y el pago de una indemnización a la hija de la víctima de 63.405,71 euros por sendos delitos de asesinato y coacciones, se declaró culpable aunque negó que atacara a su expareja por la espalda, "sino que fue de frente", tras lo cual se mostró "arrepentido" por su actuación y apostó por que "se haga Justicia".

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