Profesionales valencianos de las artes escénicas han coincidido este lunes en que es el momento de unirse y decir "así no" a la gestión "errática, nefasta, oportunista, incoherente, opaca e inviable" que desarrolla Inmaculada Gil-Lázaro al frente de Teatres de la Generalitat y que ha hecho de este sector "un enfermo terminal".

Por ello, han entregado en el Registro de entrada de la Conselleria de Cultura un escrito en el que se demanda la dimisión de la actual directora de Teatres de la Generalitat Valenciana con 400 firmas, un centenar más que las recogidas el pasado viernes cuando se anunció este iniciativa.

Para debatir la situación del sector y tratar de buscar soluciones este lunes celebraron una Mesa redonda en l'Octubre Centre de Cultura Contemporània, moderada por Jaume Policarpo, y con la participación entre otros de Josep Lluis Sirera, Victòria Salvador, Ramon Moreno, Carles Alfaro, Ana Luján, Patricia Pardo, Vicky Garrigues, Maribel Bayona, Vicente Arlandis, Pau Pons, Vicent Tronchoni, Roberto Lisart, Alfred Picó y Aurelio Delgado.

Así, Jaume Policarpo, uno de los promotores de este escrito, ha expuesto que los profesionales valencianos tienen "el derecho y de la obligación" de exigir al equipo que encabeza Gil-Lázaro una gestión "honesta, transparente" en la que tenga en cuenta el sentir del sector, a quien ha animado a unirse para afrontar esta "situación crítica y dramática" que "no se puede dejar en manos de una persona que se agarra a su silbón como un gato".

Por su parte, el dramaturgo, catedrático y vicerrector de Artes, Cultura y Patrimonio de la Universitat de València Josep Lluis Sirera ha aclarado que el documento es consecuencia de la "insatisfacción" generada por los cinco años de gestión de Gil-Lázaro y ha rechazado en ese sentido las vinculaciones a un partido político.

Sirera ha recordado que la política cultural está trasferida a la Generalitat valenciana, mientras que el Ministerio se reserva "muy pocas competencias", por lo que el Gobierno valenciano "no puede derivar sus responsabilidades". Por ello, ha exigido que se den explicaciones "coherentes" de una programación en la que, a su juicio, "los criterios personalistas se imponen a los artísticos y lógicos".

En ese sentido, ha arremetido contra la "política de suicidio económico" que despliega Teatres ya que no aprovecha la "madurez" adquirida por los profesionales valencianos en los últimos 40 años "sino que se dedica a importar y minusvalorar" los productos de la Comunitat, lo que no quiere decir, ha matizado, que defienda el proteccionismo sino "poder competir". "Si hay un éxito fuera de la Comunitat es a pesar de la Generalitat no gracias a ella", ha lamentado.

El productor Roberto Lisart ha expuesto que Gil-Lázaro ha optado por "internarse en un laberinto" y le ha recordado que una política cultural de la Generalitat "no puede ser otra que responder a un teatro público" y no dar cabida a propuestas que sean viables en la iniciativa privada, ha señalado citado a los musicales programados en el Teatro Principal que "elevan artificialmente el cómputo de funciones por temporada cuando en realidad está más días cerrado que nunca".

Además, ha explicado que el aumento de la recaudación se lo lleva la productora y que el "indudable éxito" de público hizo de "tamiz y sordina" a las críticas a su programación. Así, ha atribuido este planteamiento a la necesidad de "huida hacia delante" de Gil-Lázaro ante la "evidencia de la deuda". Así, ha constatado que al estar "bloqueado" el presupuesto ha llevado a una "insolvencia y morosidad salvaje" que convierte su gestión en "inviable" y esta "debilidad y morosidad" les sirve a las productoras foráneas para "negociar bien". "Y eso se paga", ha advertido.

"La programación de Teatres de la Generalitat adolece de sello propio, es inconexa, previsible, en busca de una banalidad pretenciosa, no responde a un criterio, es errática, oportunista sometida a decisiones cambiantes, vaivenes e incertidumbres de varios centros políticos de decisión superpuestos, la Diputación de Valencia, la Conselleria de Cultura, la Presidencia de la Generalitat y el propio Pepe Sancho que actúa como centro de decisión fáctico a base de gritar y abroncarnos a todos", ha evidenciado Lisart, quien ha argumentado que en esta tesitura Gil-Lázaro "está en mantener su cuota de poder personal en este descontrol".

Al respecto, ha argumentado que "no se trata de un problema de concepto sino de simple competencia desleal y de desprecio hacia la empresa privada, lo que "roza la infracción y entra de lleno en el Tribunal de Competencia".

MIGAJAS

Por su parte, la coreógrafa Ana Extremiana ha constatado que aunque en la Comunitat se destina "mucho dinero" al sector de la danza hay una política "muy opaca" y aunque en los presupuestos aparecen grandes sumas al sector "le llegan migajas". Además, ha reclamado que la danza participe directamente e las políticas culturales.

Asimismo, ha enfatizado la necesidad de llegar a un "acuerdo de mínimos" porque una de "las fisuras" de las que se aprovecha la Administración es la falta de unidad del sector y tomar coincidencia de que aunque haya "pluralidad" de opiniones sobre qué hacer "todos tenemos muy claro que esta situación no es sostenible".

Además, la coreófraga y bailarina Ana Luján ha incidido en la necesidad de cambiar un modelo de subvención "anticuado y con escasa coherencia" y proponer nuevas estrategias que aporten soluciones en un momento en que apenas hay profesionales que puedan vivir de su profesión.

Por su parte, la actriz y programadora de la sala de teatro alternativo Espacio Inestable Maribel bayona ha admitido que "sin subvenciones no se puede vivir", por lo que ha reclamado "un cambio de modelo que tienda a la autogestión" y hasta que se alcance considera "imprescindible" "la optimización y una gestión responsable" de los recursos que se perciben.

Mientras Vicente Arlandis ha indicado que es "el momento de olvidarse del yo y hablar de nosotros", pero de hacer "autocrítica y preguntarse si donde hemos llegado es sólo culpa de las instituciones o hemos hecho algo mal".

Del mismo modo, el actor Ramón Moreno ha reclamado "valentía" al sector para decir "con nombre y apellidos" lo que se piensa defender el trabajo de cada uno ya que, ha evidenciado" "si luchamos podemos perder, pero si no luchamos estamos perdidos". "Las cosas pueden ser de otra manera", ha subrayado.