Alonso, primero en todo

Logró la ‘pole’, fue líder en 54 de las 56 vueltas, ganó con 24 segundos de ventaja y domina el mundial por primera vez.
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«He confirmado la pole y es magnífico». Esta frase de Fernando Alonso antes del GP de Malasia de F-1 acabó siendo un buen presagio para el asturiano que, a los 23 años, 8 meses y 20 días, ganó su segundo gran premio, tras el logrado en Hungría en agosto de 2003. Además, es el primer español que consigue ponerse líder del mundial y sitúa a Renault primera en la tabla de constructores, con dos victorias y un tercer puesto.

Alonso, que hace un año fue el más joven en lograr una pole, precisamente en el circuito malayo de Sepang, estuvo en cabeza en 54 de las 56 vueltas (cedió el liderato sólo en sus dos repostadas) y rodó con tanta seguridad que comenzó a batir el récord del circuito vuelta tras vuelta y a sacar segundos a sus rivales. Tras él se situó hasta el final su ex compañero Jarno Trulli, ahora en Toyota, y su colega de escudería Giancarlo Fisichella, que ganó en la prueba inaugural y esta vez abandonó en la vuelta 36 tras chocar con  Webber. Alonso llegó a rodar a más de 310 km/h, con un promedio de 203,407.

Más que sobrado

En la undécima vuelta a Alonso le pidieron calma por radio, pues tenía ya más de seis segundos de ventaja sobre Trulli, que pasaron a ser 12 en la vuelta 22. Lo único que podía hacer perder a Alonso una carrera ganada era un fallo en su motor, el mismo de Australia puesto que la nueva reglamentación obliga a utilizarlo dos carreras, o un reventón, pues las normas no permiten ahora cambiar de neumáticos. «Las últimas 15 ó 20 vueltas se me han hecho muy largas, y no por el cansancio, sino por el peligro de una rotura de motor y de neuméticos. Tenía los dedos cruzados», señaló Alonso, que al final sacó 24,327 segundos a Trulli.

Ferrari no puede

Michael Schumacher estrenará coche en el próximo gran premio, Bahrein. Ayer sólo puso ser séptimo, mientras que su compañero de Ferrari, Barrichello, abandonó en la vuelta 49.

Deshidratado y con tres kilos menos en el podio

Una avería, en la segunda vuelta, en el dispositivo que permite beber a los pilotos en carrera (llevan un litro de agua) impidió a Alonso reponer líquidos con 37 grados de temperatura. Alonso, que perdió unos tres kilos, subió al podio y escuchó el himno español agachado por los mareos (foto). Apenas pudo agarrar la botella de champán de tres litros que se da a los campeones: «Ganar estaba tan cerca que me olvidaba de que sufría, pero en el podio no veía quién estaba debajo».

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