¿Deporte y misoginia? Cómo intenta la Fórmula 1 luchar contra el machismo

Hoy, día 8 de marzo, analizamos el camino recorrido y el que tenemos por delante tanto a este deporte como en otros históricamente más masculinos, diversas voces y acciones están intentando cambiar las cosas.
Susie Wolff, expiloto de fórmula 1
Susie Wolff, expiloto de fórmula 1
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Susie Wolff, expiloto de fórmula 1

Esta frase resume muy bien la idea de este reportaje:"La Fórmula 1 debería ser más física porque es un deporte para hombres", dijo Lewis Hamilton en el circuito Gilles Villeneuve de Montréal. Sus palabras serían suficientes para terminar aquí el artículo, pues dejan claro que el machismo está profundamente ligado al universo de los motores, pero desafortunadamente, hay muchos más datos que señalan a la Fórmula 1 como un territorio en el que las mujeres no lo tienen fácil. Ha sido el propio piloto el que se ha dado cuenta de que las cosas tienen que cambiar y por ello, no ha dudado en alabar el papel de Susie Wolff, ex piloto que quiere cambiar las cosas a través de un programa gracias al cual la Fórmula 1 quiere apostar por las mujeres mediante la Academia F1. 

En un momento en el que paradójicamente, ha sido el fútbol el deporte encargado de destapar el #metoo español, la Fórmula 1 ha de ponerse más que nunca las pilas para conseguir que el deporte de la velocidad marque ejemplo tras una historia marcada por la desigualdad y por el machismo. 

Fue en 2018 cuando ante la falta de mujeres piloto que ascendieran a los niveles más altos, especialmente a los de la Fórmula 1, nació W Series, un campeonato femenino de automovilismo. "En el corazón del ADN de las W Series está la creencia de que las mujeres pueden competir en las carreras de coches en total igualdad con los hombres. Sin embargo, las fórmulas de promoción exclusivas para mujeres son imprescindibles para aumentar la proporción de participantes femeninas", declararon los organizadores. El coronavirus puso fin a esta iniciativa.

La propia Wolff, ya en 2014, se tuvo que enfrentar a las palabras de Sergio Pérez, de Force India. "Imagínate el cuerpo que se te queda si te gana una chica... Mejor que se vaya a la cocina", respondió cuando le preguntaron por ella en su debut en los libres de Silverstone.

"Esta labor es necesaria porque sin ella, nos vamos a quedar sin jóvenes mujeres intentando formar parte de este deporte". Señala Wolff que pese a haber habido un significativo aumento de mujeres en la F1 durante estos años, la percepción de que este es un mundo dominado por los hombres es un problema a la hora de participar en él tanto como pilotos, como en los papeles que no se desarrollan tras el volante.

"El grupo de fans que más está creciendo es el de las mujeres jóvenes, y tenemos que nutrirnos de eso. Necesitamos estar seguras de que la nueva generación comprende que los deportes de motor son una opción", explica. "En el colegio de mi hijo, un niño pequeño al que realmente le gusta la Fórmula 1 me pidió un autógrafo. Otra niña de la clase se quedó de piedra y su madre le explicó que yo solía ser piloto. La niña estaba boquiabierta, porque pensaba que a las mujeres no se nos permite competir", explica.

Fórmula 1
Fotograma del documental de Netflix 'Drive to Survive'
Netflix

Esa es una prueba más de la importancia de acabar con el denominado 'dream gap'. La brecha que hay entre las niñas y sus sueños todavía existe, pero las investigaciones recientes demuestran que el reto no radica en que las niñas carezcan de confianza en sí mismas o no sientan motivación, sino que dichas brechas las crea el mundo que las rodea

Falta de referentes y comentarios a esquivar

Las niñas necesitan ver referentes femeninos tanto detrás como al margen del volante, un campo en el que destaca Bernadette Collins, strategy engineer de Force India, que señala que aunque es cierto que como pilotos las cosas no están siendo tan visibles por el momento, cada vez son más las mujeres que están ocupando posiciones de diseño, aerodinámica o software.

El machismo sobrevuela incluso al fandom femenino, algo que quedó claro en el instante en el que Brad Pitt, que va a dar vida a un piloto de F1, fue visto en el Grand Prix de Gran Bretaña durante el rodaje de su nueva película, y el periodista especializado Joe Saward escribió: "la buena noticia para las mujeres de la F1, esas que cada vez son más, es que Brad Pitt estaba por ahí". El mensaje que mandan sus palabras es que las mujeres sólo pueden interesarse por ese deporte a causa del atractivo de sus pilotos. "Los comentarios de Saward son sólo el último coletazo que aviva la idea de que las mujeres son ciudadanas de segunda clase en el universo de la Fórmula 1: no pueden simplemente ver las carreras o trabajar en el deporte; sino que simplemente se sienten atraídas por los hombres y todas se distraen del evento principal si aparece un hombre guapo", dice Amelia Taylor, que forma parte de Females in Motorsport.  

Cuando en 2018 se estrenó ‘Drive to Survive’, el documental de Netflix que ha conseguido revivir la Fórmula 1 y crear nuevos aficionados, muchos aseguraron que las mujeres eran incapaces de despegarse de la pantalla por el físico de los pilotos. Poco les importaba que Ellie Norman, directora de marketing y comunicaciones de la Fórmula 1, asegurara que  el 44 % de los aficionados a la F1 son mujeres: estaban empeñados en que a ellas lo único que les importaba era el físico. Basta con echar un vistazo a los comentarios que acompañan a vídeos de TikTok en los que diferentes seguidoras del formato comentan lo que en él ocurre. Se apresuran a llamarlas, de forma peyorativa, "Drive to Survive Fans". ¿El motivo? En lugar de alabar el papel que la obra de Netflix ha tenido a la hora de fomentar el interés por este deporte, al mostrar los entresijos de las carreras y ayudar al público a conocer a los pilotos, la misoginia entra en juego y se muestra molesta al comprobar que no son ya ellos los únicos "fans" o "expertos" en la materia.  

Fórmula 1
Fotograma del documental de Netflix 'Drive to Survive'
Daniel Vojtech

Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1 Internacional, pronunció el año pasado un comentario machista sobre la posible llegada a corto plazo de pilotos mujeres al Mundial de la Fórmula 1. "Hablando de manera realista: no veo a una mujer piloto en la Fórmula 1 en los próximos cinco años, a menos que pase algo que sea como una especie de meteorito entrando en la tierra", dijo con absoluta tranquilidad en una rueda de prensa previa al Gran Premio de Bélgica. Por si fuera poco, el presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem, dirigente de la federación desde el año 2021, ha sido denunciado por la ex secretaria general interina de automovilismo, Shaila-Ann Rao, por supuesto acoso y sexismo.

Un largo camino por delante

Por eso es importante que la labor de la Academia de F1 siga en marcha y gane fuerza. Creada para abordar la escasez de mujeres piloto en el automovilismo y ayudar a construir un camino para que las mujeres encuentren su lugar en este deporte, que no ha contado con una mujer compitiendo por un gran premio desde que Lella Lombardi corrió en Austria en 1976, siendo la única, junto a María Teresa de Filippis, en haber participado en la F1 desde que comenzó el campeonato en 1950. "Este momento histórico no sólo demuestra el profundo apoyo a la Academia F1 por parte de toda la comunidad de la F1, sino que inspirará a toda una generación de jóvenes a aprovechar las oportunidades tanto dentro como fuera de la pista en el deporte del motor", ha dicho Wolff, que como explicó a 'The Guardian', no cree que veamos a una mujer piloto competir hasta dentro de una década.

 "Creo que faltan entre ocho y diez años para que esto suceda. Eso no se debe sólo a que nos falta talento femenino y a quienes progresan en el deporte, sino también a que nos damos cuenta de que llegar a la F1 es increíblemente difícil. Es difícil para todos los conductores masculinos", ha dicho. "Sólo hay 20 plazas en la parrilla, y por eso va a llevar tiempo. Creo que dentro de ocho a diez años, cuando hayamos tenido un crecimiento continuo del grupo de talentos y más mujeres ingresen al deporte, será mucho más realista", ha aclarado.

Después de haber pasado su vida involucrada en el deporte, Wolff tenía claro que no habría una solución rápida para alentar a más mujeres a competir. "Será un proceso muy lento y las cifras no están cambiando de manera significativa", afirmó. “El primer problema es la percepción social y la falta de modelos a seguir. Si eres una mujer joven y amas la F1, enciendes la televisión y desafortunadamente, muchos de los roles frente a la cámara todavía están dominados por hombres. Eso, a su vez, conduce al problema fundamental de que no hay suficientes mujeres que se dediquen a este deporte. La reserva de talentos es demasiado pequeña, por lo que los mejores no llegan a la cima. Tengo la firme visión de que debemos llegar a la raíz del problema", ha explicado. Susie Wolff habla de las estadísticas que quiere cambiar, pues de las 45.000 chicas que prueban cada año el karting indoor, tan sólo el 4.7% de ellas se adentran en una carrera. Las cosas están cambiando, sí, pero por más que queramos pisar el acelerador, la meta está todavía lejos.

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