Cómo gestionar los antojos para que el hambre emocional no nos domine

La comida puede hacernos sentir mejor, darnos calma, reconfortarnos, distraernos o darnos alegría. Trabaja tus herramientas de gestión emocional, renuncia a la culpa y encuentra el equilibrio en la alimentación.

"Antojos emocionales" y hambre emocional
"Antojos emocionales" y hambre emocional
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"Antojos emocionales" y hambre emocional

En España, casi medio millón de personas sufre un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), 9 de cada 10 son mujeres. Esta condición multicausal de salud mental está vinculada a la relación con la comida y con una gestión emocional no efectiva, de ahí que la base de la recuperación sea ir a terapia, el conocimiento personal y una ruptura con la cultura de la dieta. 

Más allá de los TCA más conocidos, existen otros desequilibrios en la relación de la comida y el hambre emocional es reflejo de esto. En una sociedad donde el estrés parece un estado crónico y la ansiedad es el día a día, son muchas las personas que encuentran en la comida la única vía de control o gestión de estas emociones. Para no caer en esos antojos que acaban por dominar nuestro estado anímico, hablamos con dos expertas en nutrición y alimentación intuitiva que nos hace entender cómo manejarlos.

Hambre emocional: qué es y cómo gestionarlo

"El hambre emocional es un tipo de hambre que se produce para poder atravesar alguna emoción o incluso aburrimiento. Es una herramienta de fácil acceso y rápida, sin embargo, sería ideal que no fuera nuestra única herramienta para gestionar nuestras emociones" define Stefy Fernández (@stefyactiva), nutricionista "anti-dieta". 

A esta declaración, la nutricionista Victoria Lozada añade que deberíamos romper con la idea que tenemos sobre que "comer emocionalmente" es negativo. En el libro 'Comer sin hacer dieta', que coescribió con Stefy hablan sobre varios tipos de hambre y cómo todas tienen un fin: "Es la herramienta que tenemos a mano y a veces la única que aprendimos. Comer de manera emocional es una forma de atravesar las emociones, y hay muchas cosas que la comida puede hacer para ayudar a sentirnos mejor. La comida es una

herramienta más."

La comida puede hacernos sentir mejor, darnos calma, reconfortarnos e incluso distraernos o darnos alegría, "en la alimentación intuitiva por ejemplo, podemos hacer frente a las emociones con o sin comida" añade Stefy Fernández que señala que el problema de esto llega cuando la comida no deja espacio para otras formas de confrontamiento de las emociones. 

La gestión del hambre emocional "sí es posible" pero Stefy Fernández señala que "es importante saber qué busco gestionar. Lo primero que hay que entender es que somos seres emocionales, y es normal que comamos por emociones. De segundo, lo que hay que "gestionar" no es el hambre emocional, sino que desde el autoconocimiento voy a indagar la razón de mis conductas y acciones." 

Para Victoria, la alimentación intuitiva es otra herramienta para gestionar esa hambre emocional y los antojos que provoca, "gracias a ella aprendemos a reconocer nuestras señales de hambre, de saciedad, y de apetito."

La importancia de una alimentación variada para nuestro sistema inmune
La importancia de una alimentación variada para nuestro sistema inmune
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Un ejemplo que nos da a espacio a la reflexión: ¿por qué todos los días a las 19.00 h como de manera compulsiva una tableta de chocolate? ¿Qué pasó durante el día? ¿Qué emociones pude haber atravesado o estoy atravesando?

Obtener una respuesta a estas preguntas es el punto de partida para crear una caja de herramientas que podamos utilizar cuando atravesamos esas emociones. "Ejercicios de respiración profunda, baile, escribirle a una amiga, ponerme una toalla fría en la casa, salir a correr, escribir, etc" todo son herramientas que recomienda Stefy. 

Cómo hacer que los 'antojos emocionales' no te dominen

Esa manera de catalogar los alimentos como buenos o malos hace que demonicemos los "antojos" creyendo que la comida solo tiene un componente biológico cuando en realidad hay varios componentes importantes: "el social, cultural, el del placer y no menos importante, el emocional. Todos se tienen que tomar en cuenta cuando llevamos una alimentación nutritiva y sostenible, de lo contrario, probablemente tenga un 100% de fracaso garantizado" instruye Stefy Fernández. Para quitar esa carga negativa a los "antojos" y hacer que no nos domine hay varias cosas que podemos hacer según la nutricionista:

1. Dejar de etiquetar los alimentos como buenos o malos. La nutrición es una ciencia muy compleja, y más aún, porque el "cómo" nos relacionamos con los alimentos, también es muy importante. Puede ser que el chocolate tenga azúcares que a nivel biológico no sea considerado como el más "saludable", pero comer chocolate en algunas situaciones puede considerarse una decisión más saludable, y que además me aporte más bienestar que quedarme pensando en el chocolate que me apetecía durante 2 semanas, y luego termine comiéndome la tableta completa y de manera compulsiva.

"Antojos emocionales" y hambre emocional
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2. Entender que comemos también por placer, y por tanto, se nos puede antojar unas galletas, como se nos puede antojar una ensalada. Y ambas forman parte de un tipo de hambre, que es el hambre de placer, y que es igual de válido.

3. Descubrir actividades que nos hagan explorar nuestras emociones. Este tercer punto lo introduce Victoria Lozada y es que "comer no tiene que ser la única actividad que hagamos". Un paseo, una llamada a una amiga, movernos con la música para expresar la emoción que sentimos... "Todo esto son actividades que pueden ser emocionales, pero no se ven como algo negativo porque no "engordan". 

Por último, hay que dejar claro que el matiz negativo de esos antojos en nuestra sociedad es que suelen ir asociados a lo mal visto que está aumentar de peso, algo que podría venir provocado por "pecar" con esos placeres. 

Como hemos visto, un antojo también puede ser una ensalada y como Stefy y Victoria proclaman eso está igual de bien o mal que si se te antoja una galleta. De lo que sí deberíamos ocuparnos es de un trabajar el autoconocimiento, nuestras emociones y establecer hábitos con los que nos sintamos cómodas, felices y libres. 

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