Qué es la onicolisis y cómo detectar esta afección que puedes desarrollar si te haces la manicura permanente

Este daño se manifiesta con la separación de la uña que puede provocar dolores e, incluso, mermar la funcionalidad de los dedos. Estas son las señales de alarma que no debes ignorar.
Las manicuras permanentes no dejan de ganar popularidad.
Las manicuras permanentes no dejan de ganar popularidad.
Freepik
Las manicuras permanentes no dejan de ganar popularidad.

Las manicuras permanentes siguen siendo las favoritas por su durabilidad y apariencia impecable. Sin embargo, hay que prestar atención a los productos que se emplean en estos tratamientos para apostar por aquellos que sean respetuosos con la salud de las uñas. De hecho, para evitar los posibles efectos secundarios adscritos a algunos de ellos, España pidió a la Comisión Europea la limitación de la venta de esmalte de uñas permanente. Una de las afecciones que estas medidas intentan evitar es la onicolisis, un fenómeno patológico que implica la separación de la lámina ungueal, la uña, de su base, lo que se conoce como lecho ungueal.

Esta separación puede llegar a limitar la funcionalidad de los dedos, puesto que puede causar molestias incompatibles con el movimiento o las acciones de agarre. Por ello, para evitar esta y otras afecciones, hay quienes, en vez de hacerse las uñas de seguido, las dejan descansar, aunque los expertos aseguran que esto depende del estado de cada uña. Si, por ejemplo, se tienen unas uñas sanas y nos retiramos le esmalte con los productos adecuados, no hay problema en mantener la frecuencia de la manicura. Sin embargo, si presentan debilidad o se abren en capas, hay que darles un respiro.

¿El esmalte permanente daña las uñas?

Son muchas las personas que optan por estos esmaltes de larga duración.
Son muchas las personas que optan por estos esmaltes de larga duración.
Rashid Khreiss / Unsplash

Los esmaltes que aumentan la durabilidad tradicional de la manicura, como en gel o acrílico, se aplican en varias capas y se endurecen con luces led para que no pierdan brillo y alarguen su duración. Estos pueden llegar a causar debilidad en la uña y, de no ver los signos de alarma, podemos llegar hasta el desprendimiento. Pero, ¿es solo culpa del esmalte permanente o también pueden intervenir otros factores?

La incorrecta retirada de los productos puede afectar mucho en el bienestar de la uña y las cutículas, así como el uso de herramientas afiladas o una manipulación agresiva. Todo ello puede dar lugar a la reparación de la lámina ungueal de su lecho. La excesiva exposición a las lámparas de secado también puede debilitar la uña y fomentar la onicolisis, igual que la acumulación de humedad entre la uña y la capa de esmalte que puede crearse si la aplicación de este no se realiza de forma correcta, llegando a potenciar el crecimiento de hongos. Como ya se ha comentado, si la uña está débil y se sigue apostando por este tratamiento, podemos potenciar la aparición de esta afección.

Las infecciones también pueden promover la aparición de la onicolisis. Las fúngicas, por ejemplo, que requieren un tratamiento exclusivo para eliminar los hongos pueden afectar a las uñas igual que ocurre con las bacterianas, aunque, en este caso, estas causan la decoloración de la uña, dándoles un tono verdoso. Los procesos víricos y los traumatismos también pueden influir. Estos últimos, además, pueden ser más frecuentes de lo que pensamos, ya que morderse las uñas, golpearse e, incluso, las rozaduras de los zapatos pueden dar lugar a la aparición de hematomas y debilitarlas. Aunque en menor medida, el bienestar de las uñas también puede verse afectado por enfermedades como la candidiasis mucocutánea, que puede alargar la duración de la onicolisis, las tiroideas o las insuficiencias vasculares y pulmonares.

Cómo detectar la onicolisis

  • Separación de la uña. Es el signo más evidente de que nuestras uñas están sufriendo onicolisis. La uña se separa de su lecho ungueal de forma parcial o total, provocando dolores y molestias.
  • Cambios de color. Ya sea por una infección bacteriana o por otros motivos, si alguna de nuestras uñas presenta un cambio de color, estamos ante un signo de alarma de posible onicolisis. Hay que prestar especial atención a los cambios a colores amarillentos, marrones e incluso verdes.
  • Sensibilidad y cambios de tamaño o forma. La onicolisis puede causar tanto un engrosamiento como un debilitamiento de la uña, igual que suele ir acompañada de dolor y sensibilidad en la zona que pueden afectar a la funcionalidad de los dedos. Lo mismo ocurre si observamos hendiduras o deformidades en la superficie de la uña, así como un cambio en su textura.
  • Inflamación o presencia de pus. Esta afección también puede expresarse mediante la aparición pus, pero también inflamación o enrojecimiento, que pueden pasar más desapercibidos respecto al líquido.

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