¿A partir de qué temperatura el calor es perjudicial para el coche?

El RACE avisa de que el calor puede afectar al rendimiento de nuestro vehículo provocando diferentes efectos mecánicos, como el aumento del consumo o la pérdida de potencia.
Utilizar correctamente los parasoles en las lunas de los coches puede evitar que se dañe la carrocería del vehículo.
Utilizar correctamente los parasoles en las lunas de los coches puede evitar que se dañe la carrocería del vehículo.
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Utilizar correctamente los parasoles en las lunas de los coches puede evitar que se dañe la carrocería del vehículo.

El mercurio está subiendo por encima de los 40 grados en muchas ciudades españolas y no solo, ya que la ola de calor que se está sufriendo estos días afecta a países y regiones cercanas, como Italia. Cuando las temperaturas son tan elevadas, además del peligro que implican, las consecuencias negativas afectan a muchos aspectos de la vida cotidiana. 

Como no podía ser de otra manera, los vehículos sufren el calor extremo. Si bien están equipados y preparados para funcionar en un cierto rango de temperaturas, cuando el termómetro supera un cierto límite hay ciertas partes del coche que pueden resentirse. Al igual que sucede con el frío, el RACE avisa de los efectos del calor extremo en nuestro vehículo. 

Desde el propio funcionamiento del motor hasta el consumo de gasolina, pasando por los neumáticos y los frenos y sin dejar de lado las particularidades de los coches eléctricos, lo primero que hay que tener en cuenta es la temperatura a partir de la cual nuestro automóvil empieza a sufrir. 

Qué temperatura es perjudicial para el coche

Cada elemento del coche sufre el calor en unos rangos u otros. A partir de los 25 y los 30 grados, el rendimiento del motor empieza a verse afectado según explica el RACE, ya que las elevadas temperaturas hacen que el aire que entra en el motor para propiciar la quema del combustible tiene una menor cantidad de oxígeno, por lo que su rendimiento se verá afectado.

Por otro lado, y para subsanar esta bajada de rendimiento, el motor tenderá a inyectar más combustible que el habitual, por lo que podremos percibir por encima de estas temperaturas un aumento del consumo de carburante del coche. Al mismo tiempo, descenderá la autonomía.

Cuando ya hablamos de temperaturas extremas, por encima de los 40 grados, la temperatura de trabajo del motor también se podría ver afectada. Los coches más antiguos deben mantenerse en los 90 grados, mientras que en los más modernos esta está entre los 100 y los 110 grados, según el RACE.

Cómo afecta el calor a un coche eléctrico

El calor no afecta tanto al motor de un coche eléctrico, pero sí a su batería. Tanto el frío como el calor son negativos para este componente determinante en el funcionamiento de un vehículo eléctrico. La temperatura óptima de rendimiento de las baterías está entre los 14ºC y los 25ºC

El exceso de temperatura hace que las reacciones electroquímicas que se producen dentro de la batería al hacer la carga y descarga de electricidad se aceleren demasiado, por lo que el calor acorta la vida útil de la batería del coche eléctrico. "Es una de las mayores tareas pendientes por mejorar en este tipo de vehículos, junto con los puntos de recarga, la duración de la recarga y el precio", afirma RACE

A qué componentes del coche afecta más el calor

Da igual que sean eléctricos o térmicos, hay ciertos elementos del coche que sufren el calor como los neumáticos o los frenos, que se desgastan más cuando suben las temperaturas. 

Por último, pero no por ello menos importante, el calor puede suponer un riesgo para la seguridad vial ya que puede provocar deshidratación al conductor, lo que afecta en sus reflejos y reacciones. Se recomienda mantener el aire acondicionado entre 21°C y 23°C, beber agua constantemente, además de hacer las pertinentes pausas cada dos horas o cada 200 kilómetros.

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