Ojo con los charcos cuando llueve: pasar por encima de uno puede dejarte sin rueda
- La lluvia no solo reduce la visibilidad, sino que camufla desperfectos del asfalto que pueden provocar daños en el coche.
- Qué es el efecto espray: cuidado con las posibles pérdidas de control del coche.
- TEST: ¿Sabes conducir con lluvia? Compruébalo respondiendo a estas preguntas.
Continuamos con la amenaza de que cualquier día de esta semana acabe pasado por agua. Las previsiones de lluvia llenan las jornadas y hay que saber adaptarlas para que este tipo de precipitaciones no sean un problema y se quede, simplemente, en molestia. Tanto cogiendo el paraguas antes de salir de casa como agudizando los sentidos si nos ponemos al volante, hay que saber cómo actuar en caso de tormenta o llovizna.
La lluvia afecta a la seguridad vial mermando la visibilidad de los conductores y reduciendo la capacidad de adherencia de los neumáticos a la calzada, ya que el asfalto se torna mucho más resbaladizo. Esta situación empeora con las primeras gotas que levantan el polvo y la suciedad de la carretera y también es mucho más peligrosa para algunos usuarios, como las motos o las bicis.
Las consecuencias de un día lluvioso van más allá de un parabrisas mojado y unas ruedas resbaladizas. Un elemento que acompaña a cualquier tormenta y que esconde más peligros de los que parece son los charcos y no todos los conductores saben que consecuencias negativas acarrea pasar a toda velocidad encima de ellos, según los resultados del últimos test sobre cómo conducir con lluvia.
Ruedas pinchadas y motor mojado
Los charcos pueden esconder irregularidades de la calzada, baches y socavones, por lo que cruzarlos a toda velocidad puede tener como resultado una rueda pinchada o desllantada. Al no saber qué profundidad esconde el agua acumulada, el coche puede incluso quedar encallado o atascado y necesitar a la grúa para salir de ahí.
Otra consecuencias de pasar un charco a demasiada velocidad es que se estropee la suspensión en uno de estos golpes o que el agua salpique el motor y se dañe el sistema eléctrico, cuya reparación no es especialmente barata.
Lo mejor cuando nos encontramos con un charco de frente es frenar y entrar en él a velocidad reducida. Observar los vehículos que nos preceden para ver cómo actúan ellos ante la acumulación de agua nos dará las claves para saber si podemos o no cruzarlos. También es conveniente evitar autobuses y vehículos mucho más voluminosos (ya que pueden salpicar y mover la masa de agua) e intentar circular por el centro de la calzada, donde el agua tiende a acumularse mucho menos.