¿Cuál es el margen de error de los radares de velocidad?

A la hora de hablar de radares hay varios elementos que salen siempre en la conversación. Uno de ellos es el margen de error, utilizado por los conductores más lanzados para sortear el cinemómetro sin apenas reducir la velocidad y acabar conduciendo, con cabezonería, por encima del límite máximo establecido.

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El margen de error de los radares que controlan la velocidad en las carreteras españolas es la ligera variación que existe entre la velocidad real a la que circula el coche y la que registra el aparato. Al estar su funcionamiento basado en el efecto Doppler, para que estos dispositivos fueran 100% infalibles sería necesario comprar maquinaria excesivamente cara. 

Todos los radares están calibrados, de manera certificada, por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC). Durante el proceso de control, todos los dispositivos deben presentar el mismo margen de error, que está estipulado por la Orden ITC/2010, de 26 de noviembre.

Esta Orden regula el control metrológico de los instrumentos destinados a medir la velocidad de circulación de vehículos a motor, así que es la norma a seguir por la Dirección General de Tráfico a la hora de calibrar los radares. 

7% o 10%

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Para los cinemómetros fijos y móviles, hay dos tipos de margen aplicable. El primero es de 7 kilómetros por hora para las vías en las que la velocidad máxima sea de 100 kilómetros por hora. El segundo es para vías de alta capacidad donde se supere esa velocidad máxima, en las que el margen de error del radar será del 7% del límite. Para otra serie de equipos de vigilancia de la velocidad existen márgenes diferentes. En el caso del helicóptero Pegasus y los radares de tramo, el margen de error siempre se fija en el 10% del límite de velocidad.

Así, hay que tener en cuenta es desviación de la medición y no apurar con la velocidad que marca nuestro cuentakilómetros, ya que tampoco es 100% exacto. Andar calculando el margen de error del radar y el de la aguja de nuestro vehículo para pasar, por ejemplo, a 125 kilómetros por hora por debajo del cinemómetro en vez de a 120 kilómetros, a veces no compensa si el resultado acaba siendo el pago de una multa de mínimo 100 euros.