Varias columnas de humo ascienden desde la planta de la central eléctrica de Neurath, una planta de lignito en Bergheim (Alemania).
OLIVER BERG / EFEBoina de contaminación sobre la ciudad de Madrid, en una imagen tomada el 10 de marzo de 2017.
JUAN CARLOS HIDALGO / EFEUna nube de contaminación rodea los edificios del área metropolitana de Bangkok (Tailandia), el 30 de septiembre de 2019.
RUNGROJ YONGRIT / EFEBoina de contaminación sobre la ciudad de Barcelona, el 25 de julio de 2019.
ALEJANDRO GARCÍA / EFEUna columna de humo emerge de una chimenea de la caldera de gas de una vivienda durante un día a 14 grados bajo cero en Moscú (Rusia), el 29 de noviembre de 2018.
MAXIM SHIPENKOV / EFEUna cortina de humo causada por la quema de matorral controlada cubre la ciudad de Sídney (Australia), el 29 de mayo de 2018.
DAN HIMBRECHTS / EFEVarias columnas de vapor de agua emergen de las torres de refrigeración de la central eléctrica de combustión de lignito de la compañía Vattenfall AG, en Jänschwalde (Alemania).
PATRICK PLEUL / EFEUn hombre y una mujer se protegen con máscaras de una nube de contaminación que cubre la ciudad de Pekín (China).
WU HONG / EFEUna proyección de la organización ecologista Greenpeace ilumina la fachada de la planta térmica de carbón de Neurath en Grevenbroich (Alemania), el 10 de noviembre de 2017.
SASCHA STEINBACH / EFEUn velo atmosférico por la contaminación cubre los edificios en Santiago de Chile, el 19 de julio de 2019.
ALBERTO VALDÉS / EFEVarios activistas de la organización ecologista Greenpeace dibujan un termómetro con fuego delante de la central térmica de lignito Niederaussem, operada por RWE, en Bergheim (Alemania), el 22 de enero de 2019.
SASCHA STEINBACH / EFEVarios motoristas circulan por una carretera envuelta en una nube de humo en Hanoi, Vietnam.
MINH HOANG / EFEUn avión sobrevuela una nube de vapor procedente torres de refrigeración de una central eléctrica en Pekín (China).
WU HONG / EFEGrandes columnas de humo de las chimeneas de una central térmica en Moscú se hacen visibles tras una fuerte caída de las temperaturas, hasta los 10 grados centígrados bajo cero, en la capital rusa.
MAXIM SHIPENKOV / EFE