
Dimisiones y despidos
Según un informe realizado por Microsoft 2021 Work Trend Index, en 2021, se estimó que un 41% de los trabajadores estadounidenses se planteaba dimitir de sus puestos. A este fenómeno se le denominó "La Gran Renuncia" y fue creado por el psicólogo organizacional Dr. Anthony Klotz. Así, uno de los motivos que te pueden llevar a renunciar a tu trabajo es que si detectas que existe una constante rotación de personal en tu actual trabajo, como dimisiones o despidos, es que entonces es muy probable que te encuentres en un ambiente tóxico. Solo basta echar un vistazo al estado de ánimo de la plantilla para asegurarte. Foto: Freepik / @master1305
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Estado de ánimo de la plantilla
Algo no va bien cuando nada más empezar un trabajo detectas que solo recibes quejas de los compañeros sobre las condiciones laborales de este. Una cosa es hablar del jefe por temas puntuales y otra distinta es que se traten de verdaderos desahogos de los trabajadores para aliviar la presión y la carga emocional que llevan encima, por la razón que sea. Foto: Freepik / @mindandi
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Excesiva formalidad
Si percibes que apenas existe humor dentro de la plantilla, que escasea la comunicación entre ellos de un modo distendido durante el trabajo o que no hay tiempo para consultar dudas, es muy probable que te encuentres en un ambiente de trabajo tóxico. Y es que a los empleados que ya están en esa dinámica, les cuesta romper con ella o saber detectarla, como sí puede hacer un recién llegado.
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Mala comunicación o falta de ella
Efectivamente, una buena comunicación debe ser algo fundamental en cualquier trabajo, ya que evitará malentendidos. Sin embargo, es posible que detectes envío de mensajes contradictorios, falta de feedback por parte de tus superiores para saber si realmente estás haciéndolo bien o no, ausencia de escucha, comunicaciones indirectas o actitudes pasivo-agresivas. Son el perfecto caldo de cultivo para generar un ambiente tóxico. Foto: Freepik / @tirachardz
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Un liderazgo ineficaz o ausente
Está ahí, en alguna parte de la oficina, en su despacho y aislado. Sin embargo, tu jefe o jefa apenas sabe que existes o, al contrario, sabe que existes demasiado. La intimidación, el acoso o la hostilidad son señales claras de que tu jefe es el causante de un ambiente tóxico. Pero, ojo, un responsable que tampoco ejerce bien su liderazgo, ni es capaz de hablar con sus empleados de manera directa, es motivo para que suenen las alarmas.
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Jerarquía
Un trabajo en el que intuyes que para los empleados es más importante el cargo que ejercen que las funciones que realizan, puede ser indicativo de que te encuentras en una cultura empresarial tóxica. El ambiente que se suele crear en estos entornos laborales suele ser de una alta competitividad y de una constante búsqueda por ganar visibilidad y reconocimiento.
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Temor a las represalias
Infundir miedo o ansiedad a un trabajador por las represalias que pueda tener de sus superiores no parece indicar que el ambiente de ese trabajo sea precisamente bueno. Es más, si recibes también un feedback que solo realza tus errores más que tus logros, esto termina por minar la creatividad y la excelencia del trabajador, la productividad baja y los resultados se vuelven cada vez más mediocres.
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Desmotivación y falta de compromiso
Permanecer en un trabajo en el que sabes que no puedes crecer profesionalmente termina por minar tus ilusiones por seguir luchando por ese trabajo y, en consecuencia, se produce una falta de compromiso hacia la empresa. Esa ausencia de metas y reconocimiento hace que la infelicidad y la conformidad se apoderen de ti.
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Expectativas poco definidas
No saber hacia donde va un proyecto o el trabajo que desempeñas genera una incertidumbre difícil de asimilar. Es más, la ausencia de una definición de objetivos o metas concretas no harán otra cosa que desencadenar el caos dentro de la organización. De modo que, los roles de cada trabajador deberían quedar perfectamente definidos para evitar ambigüedades. Foto: Freepik / @peoplecreations
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Falta de inclusividad y diversidad
Si detectas que existe algún tipo de discriminación o tratamiento diferente de un empleado a otro por razones de etnia, creencia, orientación sexual, género o edad, entonces no existe duda que te encuentras en un ambiente de trabajo tóxico.
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Ausencia de conciliación
Es otro de los talones de Aquiles de muchas empresas. Y es que la poca o escasa adaptabilidad de estas a las circunstancias de los trabajadores, como respetar los horarios fuera del trabajo, las vacaciones o las bajas por maternidad o paternidad, son causantes de una cultura laboral tóxica. De hecho, se ha demostrado que los trabajadores que desempeñan su trabajo en ambientes laborales flexibles y de confianza son más felices y refuerzan su compromiso con la empresa y los objetivos generales de la misma.
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No existe el respeto y la empatía
Son dos valores que deben sustentar la cultura empresarial en la que desarrollamos el trabajo. Empezando por el respeto de la plantilla y el buen compañerismo, para seguir por el respeto de los líderes que dirigen el proyecto común. En el momento en que esto se tambalee, el ambiente de la empresa se volverá inevitablemente tóxico, ya que la falta de respeto interna se terminará traspasando al exterior.
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