Jaime Martín espera que la crisis no afecte a los éxitos culturales alcanzados, termómetro de la situación de los países

El director cántabro vuelve a Valladolid para abordar el Concierto para Violín nº 1 de Shostakovich y la Sinfonía Fantástica de Berlioz
Jaime Martín, principal director invitado de la Sinfónica de Castilla y León
Jaime Martín, principal director invitado de la Sinfónica de Castilla y León
CCMD
Jaime Martín, principal director invitado de la Sinfónica de Castilla y León

El músico y director cántabro Jaime Martín ha mostrado este martes su deseo de que la actual crisis por la que atraviesan naciones como España no afecte al patrimonio cultural alcanzado con los años que es, a su vez, un termómetro "claro" de su realidad.

Martín, que ha vuelto a Valladolid para dirigir esta semana a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) en su interpretación del Concierto para Violín número 1 de Shostakovich y la Sinfonía 'Fantástica' de Hector Berlioz, ha destacado la importante presencia de solistas, directores y cuartetos españoles que triunfan en el mundo y cuyo nivel es fruto de la evolución musical experimentada por España.

"Los resultados culturales de un país muestran de manera muy clara la temperatura que se vive en él", ha destacado en una entrevista concedida a Europa Press en la que, casi a continuación, traslada su deseo de que los ajustes que ha acarreado la crisis, que también han afectado a la cultura, no perjudiquen la "herencia cultural ganada".

Tras apostar por rectificar la "locura" del incremento del IVA cultural, el director cántabro, quien comparte desde esta temporada el título de principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) con Vasily Petrenko, ha vinculado la naturalidad del fenómeno de la emigración musical española con la alta calidad alcanzada en el marco del importante cambio experimentado por la educación musical en los últimos 20 años.

"Tener orquestas, solistas y directores a ese nivel es el resultado de la evolución del país", ha insistido antes de resaltar que muchos de ellos han recalado en las "principales orquestas del mundo" dentro de la tónica de "normalidad" que caracteriza el mercado de la música, que de la misma manera ha acercado a España o a Estados Unidos intérpretes de otros países.

Las bondades de la dirección compartida

Martín, quien confiesa atravesar una "luna de miel" con la orquesta sueca de Gävle, en la que este año ha estrenado titularidad y con la que viajará a China y abordará la grabación del ciclo de sinfonías de Brahms, comparte batuta al frente de la OSCyL con la "solidez, experiencia y respeto" del emérito Jesús López Cobos y con la relevancia europea del ruso Petrenko, también principal invitado.

"Triunviratos" como este, cada vez más habituales en muchas orquestas que encuentran en la dirección compartida la fórmula para contar con distintas visiones y repertorios, son "enriquecedores" para las formaciones por el equilibrio saludable que conllevan siempre que se tenga una visión "muy clara" de la dirección artística, como a su juicio ocurre con la OSCyL.

"Este es el principio de algo muy especial", ha señalado en referencia a su nueva etapa con la Sinfónica de Castilla y León, una de las españolas con un nivel internacional "más claro" y sin diferencias con respecto a otras orquestas europeas —"la podrías escuchar en cualquier sala de Europa y al mismo nivel que otras muchas"—.

A sus "colegas y amigos" de la OSCyL, que ha escalado hasta el nivel que ahora tiene por su "calidad" y por las características de su sala de trabajo en el Centro Cultural Miguel Delibes, busca transmitirles su amor e ilusión por la música aunque esta semana tendrá que compartirlo con la violinista Viktoria Mullova, quien interpretará el Concierto de Shostakovich.

Sus próximas actuaciones en Valladolid, previstas en junio con la pianista Judith Jáuregui y con los coros de Castilla y León protagonista del concierto participativo, conviven en su agenda con más de una decena de representaciones, el próximo otoño en Londres, de 'Las Bodas de Fígaro', la obra que se llevaría a una isla desierta, o con sus grabaciones de Brahms, que se incorporarán a otras tantas ya abordadas en sus seis años como director y entre las que figura 'La Grande' de Schubert, recién salida de la discográfica.

"Teniendo en cuenta que el mercado de discos está casi muerto... estoy contento", confiesa el flautista y director, "halagado" por su nuevo comienzo en Castilla y León y alegre de disfrutar de la calidad "musical y humana" de una orquesta que, asegura, hace que uno se sienta "bienvenido".

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