El asesor del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), David Balsells, ha declarado este lunes a Europa Press que el fotógrafo Toni Catany ha fallecido en un momento en que tenía diversos proyectos tras la "decepción" de no haber podido poner en marcha su fundación.

Catany (Llucmajor, 1942) era mallorquín pero vivía en la calle Nou de la Rambla del barrio del Raval de la capital catalana y ha muerto después de acudir al ambulatorio del Raval, al encontrarse mal, y no ha podido hacerse nada para salvarle la vida.

Balsells ha mostrado su sorpresa por la muerte y ha explicado que tenía proyectos en su casa de Llucmajor tras alejarse la posibilidad de ubicar en ella su fundación, lo que fue "una desilusión muy grande" para el fotógrafo.

Con el Ayuntamiento de Llucmajor había previsto donar su casa y que, con fondos europeos, se comprara la contigua de un capellán, pero estos fondos no llegaron, lo que "fue minando la ilusión" de Catany.

Sin embargo, tras el verano tenía ilusiones renovadas e ideas para su casa de Llucmajor, que tenía la intención de rehabilitar como estudio para pasar temporadas más largas o ubicar una residencia de artistas.

Balsells ha explicado que en el MNAC no hay fotografías expuestas pero, tras acoger la reprospectiva 'El artista en su paraíso' en 2000, Catany decidió legar unas cincuentena de imágenes de gran formato que están en depósito.

Fotógrafo "inclasificado"

Para Balsells, era un fotógrafo "inclasificado" en un momento en que es difícil no hallar palalelismos, y considera que es una gran figura de la fotografía catalana pero también internacional, con un estilo inconfundible.

Ha recordado que Catany empezó en la revista 'Destino' acompañando al escritor Baltasar Porcel en sus entrevistas, pero luego acabó venciendo su vertiente artística, y se hizo famoso por sus instantáneas de bodegones.