La Delegación del Gobierno de Melilla va a poner en marcha un plan de empleo en el que prevé contratar a un total de 1.032 parados durante seis meses, que cobrarán de 890 a 1.600 euros al mes, y de ellos un 30 por ciento deberán ser jóvenes y otro 30 por ciento estar en riesgo de exclusión social.

Según ha informado una portavoz de la institución, los beneficiarios de los nuevos planes de empleo no podrán haber trabajado más de cuatro meses en los últimos dos años, ni por un tiempo igual o superior a los 90 días en cualquier otro Plan de Empleo anterior de esta Delegación del Gobierno. Todo ello, subraya, "con la finalidad de facilitar los contratos a aquellos que nunca antes han sido contratados en un Plan de Empleo".

En el baremo a aplicar para las contrataciones, ha añadido, se tendrá en cuenta la antigüedad en la demanda de desempleo y la situación familiar del demandante, así como el nivel de protección del que goza en materia de prestaciones y subsidios sociales.

Dentro del cupo de exclusión social ha explicado que se reservará un 24 por ciento para beneficiarios de los Servicios Sociales, un 34 por ciento para discapacitados, un 10 por ciento para internos en el Centro Penitenciario en régimen de Tercer Grado, un 26 por ciento para víctimas de violencia de género y un 6 por ciento para drogodependientes.

De la misma manera, la Delegación del Gobierno, ha apuntado, estima que la nueva edición de los planes de empleo "podrá comenzar en octubre próximo".

La portavoz ha manifestado por último que el motivo por el que este año el total de contratados es de 1.032 —99 menos que en 2012— obedece a que se han previsto proyectos de contratación que "atienden a un espectro amplio de demandantes de empleo con distintos niveles de formación y no sólo o preferentemente a aquellos sin cualificación y encuadrables en la categoría de peones". La cuantía prevista para esta iniciativa es de nueve millones de euros.