El acusado de matar a un vecino en Ciaño (Langreo) acepta una condena de seis años de prisión

El acusado de matar a un vecino en Ciaño (Langreo) en abril de 2010 ha aceptado este lunes una condena de seis años de prisión y el pago de una indemnización de 250.000 euros (menos 30.000 euros que el hombre había entregado ya como pago parcial de la misma), según ha informado la Fiscalía.

El acusado de matar a un vecino en Ciaño (Langreo) en abril de 2010 ha aceptado este lunes una condena de seis años de prisión y el pago de una indemnización de 250.000 euros (menos 30.000 euros que el hombre había entregado ya como pago parcial de la misma), según ha informado la Fiscalía.

La vista oral no llegó a desarrollarse después de que el imputado, J.M.G.G., nacido en 1945 y sin antecedentes penales, reconociera los hechos, en los que se apreció que actuó en legítima defensa, ya que la víctima lo agarró por el cuello y sintió que no podía respirar.

J.M.G.G. y la víctima, J.F.B., eran vecinos en la localidad de La Barraca, Ciaño (Langreo). Ambos habían tenido enfrentamientos por un problema de los lindes entre sus propiedades.

El 12 de abril de 2010, sobre las once y cuarto de la noche, J.F.B. salió de un bar y se dirigió en su coche a una finca propiedad del acusado y empezó a arrancar unos hierros que hacían de linde con el camino. Al oír los ruidos, J.M.G.G. salió de su casa para ver qué ocurría y recriminó a J.F.F. lo que estaba haciendo. Éste se negó a parar.

El acusado se dirigió a casa de su hijo y le pidió que llamara a la Policía. Acto seguido, regresó hacia su domicilio pero, al ver cómo J.F.F., que estaba de nuevo en su coche, paraba delante de la portilla de entrada a su casa y se bajaba del vehículo, cogió una pala de dientes y la esgrimió frente a la víctima.

Cuando J.F.B. se dirigió hacia él, le golpeó con ella, rompiéndose la pala por el mango. Entonces se inició un forcejeo entre ambos, durante el cual J.M.G.G., al verse agarrado por el cuello y sentir que no podía respirar, sacó del bolsillo de su cazadora una navaja con una hoja de 13 centímetros de largo y 2,3 de ancho y, tras abrirla, se la clavó a J.F.B. en el costado derecho con la intención de defenderse pero a sabiendas de que podía causarle la muerte. La navaja le perforó completamente el ventrículo izquierdo, provocándole la muerte.

El hijo del acusado pidió a su esposa que llamara a la Policía, cogió de la cocina una pistola de fogueo y salió al exterior de su casa. Al ver a su padre y a J.F.B. forcejeando, disparó la pistola en dos ocasiones al aire para intentar que cesaran. A continuación, como vio a su padre que intentaba trepar por el prado al que se había precipitado con la víctima durante la pelea, le ayudó a su subir. Instantes después, llegó la Policía.

J.F.B. tenía 39 años, estaba casado y tenía una hija que en ese momento tenía 9 años.Con carácter previo al juicio, el acusado entregó como pago parcial de la indemnización la suma de 30.000 euros a la esposa del fallecido.

Los hechos fueron considerados como constitutivos de un delito de homicidio del artículo 138 del Código Penal, con la eximente incompleta de legítima defensa.

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