Los dos amigos de Torrelavega que viajaban en el crucero siniestrado están ya en Cantabria

"La cosa se puso muy fea", cuenta Alfredo, pero "conseguimos salir"

Purificación Balbás y Alfredo Herreros, los dos amigos de Torrelavega que viajaban en el crucero italiano Costa Concordia siniestrado este sábado en costas italianas, se encuentran ya en la capital del Besaya, a donde han llegado esta mañana a primera hora.

La pareja, de la que por error se dijo en un principio que eran un matrimonio santanderino, viajaba en el crucero con un grupo de amigos de diferentes partes de España, que se dispersaron tras el accidente, y ambos llegaron ayer domingo al aeropuerto del Prat.

Según han explicado en declaraciones a Europa Press, con este grupo de amigos salieron desde Barcelona en el crucero y, al producirse el accidente, "cada uno corrió para un lado", coincidiendo ellos dos, que ya hicieron el viaje de regreso hasta la capital catalana y de allí a Torrelavega en coche.

Alfredo Herreros era el que tenía el viaje "apalabrado" con el grupo de amigos, pero el viernes se quedó una plaza libre y llamó a Purificación para que se uniera a ellos.

Después de la terrible experiencia, se encuentran bien, aunque afectados y muy cansados. "La cosa se puso muy fea", cuenta Alfredo, pero "conseguimos salir".

Un cansancio que se explica por los tres días que llevan sin dormir "absolutamente nada" y por el "enorme" esfuerzo físico y mental que ha supuesto el accidente y los viajes que han realizado en tan poco tiempo.

Purificación Balbás y Alfredo Herreros llegaron ayer al aeropuerto de El Prat de Barcelona procedentes de Roma con un primer grupo de cincuenta afectados, que anunciaron su intención de presentar una denuncia conjunta contra la compañía.

En declaraciones a los medios que les esperaban a su llegada a Barcelona, han criticado que la evacuación del barco fue "muy lenta" y que algunos de ellos tuvieron que tirarse al agua para salvar la vida al ver que la embarcación se volcaba.

Purificación Balbás relató que ella y Alfredo Herreros subieron en el penúltimo bote salvavidas y afirmó que "la tripulación no sabía manipularlos y bajarlos al agua, hubo gente que se tiró al mar, otros se colgaron de las lámparas" y cuando pudieron salir del barco, estaba bastante hundido.

"Primero dijeron que era un fallo técnico de los generadores, y luego fueron improvisando sobre la marcha, ya que la tripulación estaba también asustada; hubo mucha descoordinación y miedo, había gente en silla de ruedas y con bebés", explicó.

Los afectados aterrizaron en Barcelona con la misma ropa que llevaban en el momento del siniestro, cuando asistían a una cena en el crucero y "sin documentación, ni teléfono, nada", relató.

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