Aspersores mal colocados, sistemas de riego ineficaces, tuberías rotas, árboles que necesitan mucha agua o, simplemente, negligencias provocadas por la falta de conciencia ecológica. Desde que 20 minutos informara el 19 de septiembre sobre 15 barrios de la capital en los que se derrocha agua, decenas de lectores han escrito para señalar otros puntos de la región en los que sucede lo mismo, sobre todo en los distritos del sur de la capital.

La mayoría de las quejas son por aspersores mal puestos. Por ejemplo, una lectora denuncia que en el parque Los Pinos (Moratalaz), "el suelo está siempre embarrado porque el agua no cae en las zonas verdes, sino en la tierra". Otra critica que en Vía Lusitana (Carabanchel) y en la calle de los Institutos (Alcorcón), "las aceras están limpísimas, pero porque no dejan de regarlas". En Leganés, en la calle del Ribeiro, sucede lo mismo.

En la calle Rioja (Barajas), uno de los manguitos del riego por goteo está suelto, inundando la calle "mientras la mayoría de los árboles están secos", señala Illán Paniagua. Por su parte, Susana Teso asegura que en el Centro Cultural Marconi (Villaverde) hay un "géiser" desde hace más de un mes: "De vez en cuando lo reparan, pero dos días después vuelve a manar".

El derroche no solo causa un daño medioambiental. Además puede resultar muy molesto. La comunidad de vecinos de Alhaurín, 14 (Barajas) protesta porque un aspersor mal puesto les inunda el sótano, y en la calle San Magin (Usera) unos aspersores "te obligan a cruzar de acera cada vez que pasas", según apunta Alicia Jiménez.

A veces, el despilfarro de agua no se da solo por causas técnicas. Las negligencias también tienen buena parte de culpa: "Que miren por la avenida de Bruselas (Salamanca), todos los porteros cogen agua de forma irregular de las bocas de riego. Riegan sin conocimiento aceras, cubos de basura...", explica Wenceslao López.

Otra queja más es la plantación de árboles que requieren de riego constante. "En la calle Embalse de Navacerrada (Villa de Vallecas) han plantado abedules: "¡Cómo pueden ser tan ineptos!, necesitan mucha agua", exclama José Luis Romero.

El 12 de septiembre, este periódico informó de una filtración de agua cerca del Club de Campo, en la carretera de Castilla, de la que no se responsabilizaban ni el Ayuntamiento de Madrid ni el Canal de Isabel II. Ángel Miguel Celada, el lector que informó de la situación, dice que sigue igual: "Habrá que pensar en ponerle un nombre a este río".