Cinco niños comen un plato de pasta fría y pan alrededor de una mesa estrecha de hierro, sentados en un sofá y dos sillones de tapicería desgastada y anticuada. Hasmik, la madre, mira al infinito. Su marido permanece agachado junto al horno, que también sirve de calefacción de la destartalada sala. Ninguno de los dos come.

Oxfam recuerda la crisis humanitaria de los países de la antigua unión soviética con After the Thaw (Tras el deshielo), la exposición fotográfica que inaugura la Strand Gallery de Londres.

La muestra es una ventana a las pequeñas historias personales de los habitantes de Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Rusia y Tajikistán: países que con la caída de la URSS en 1991 prometían convertirse en repúblicas democráticas prósperas y que, dos décadas después, son grandes olvidados del panorama mundial.

Ahora millones de personas libran ahora una batalla diaria por ganarse el sustento en un entorno anclado en el postcomunismo. Oxfam resalta en esta muestra que en medio de la vorágine, hay una gran riqueza de culturas, costumbres y matices que también permanecen escondidos para el mundo y que es justo rescatar del olvido.

La ONG denuncia que las repúblicas exsoviéticas ha sufrido de manera alarmante el enriquecimiento de unos pocos frente a la pobreza de millones de seres humanos.

Tiene programas en todos los países presentados en la exposición, sobre todo para ayudar a los pequeños agricultores, que son el grueso de la población de estos países.  Oxfam ayuda a a crear infraestructuras que faciliten el transporte y la distribución de las cosechas, además de ayudar a prevenir las consecuencias que el cambio climático tiene sobre los cultivos, para que no se pierdan.