¿Te atreves a crear tu propio abecedario?

¿Qué es lo primero que se os pasa por la cabeza cuando escucháis o leéis la palabra 'lettering'? Seguro que las dos respuestas más comunes son: caligrafía (que es el arte de escribir letras de forma correcta) y tipografía (diseño de distintos tipos de letras). Y aunque el 'lettering' guarda relación con ambas disciplinas, lo cierto es que no es ninguna de las dos cosas, aunque bien podría ser la suma de ambas, ya que se trata de una forma de dibujar y de crear un abecedario propio, dibujando las letras de manera creativa.

Contrariamente a lo que pueda pensarse, para empezar con este arte no es necesario tener una ‘buena letra’, tan solo hacen falta ganas de empezar y contar con buenos profesionales que nos guíen en este campo que es mucho más que una apuesta por la estética y que tiene una gran utilidad práctica.

Entre otras muchas cosas, en el caso de los escolares sirve para hacer presentaciones de trabajos bonitas y originales, decorar libretas, diseñar felicitaciones o postales y, también, si se ahonda un poco vas, en un futuro permitirá a las personas que lo practican tener una mayor capacidad para analizar los gráficos o las formas que vayamos encontrando en nuestras tareas escolares.

"Los niños que apuestan por esta técnica desarrollan mucho más su sentido del gusto y de la estética. Son más creativos y a nivel personal se encuentran más realizados, ya que no es lo mismo copiar una letra del ordenador para hacer sus trabajos, que presentar un proyecto realizado por ellos mismos. Esto les da una motivación extra que a la larga les potencia su autoestima", indica Jara Cordero, especialista en caligrafía y 'lettering' y profesora de la Escuela Superior de Diseño de Aragón.

Entre las ventajas que aporta esta técnica destacan la concentración, la relajación y la creatividad. "Los niños se concentran porque tienen que ver en su cabeza cómo es la forma de la letra que quieren hacer y reproducirla después. Tienen que concentrarse en cómo son y diseñarlas de tal manera que la escritura sea legible y reconocible", señala Jara Cordero.

Además, el 'lettering' permite relajarse ya que, al estar concentrados en hacer una tarea automática y lenta, que tiene su propio ritmo, se tiende a la relajación. "Proporciona una gran sensación de sosiego, calma y paz interior contigo mismo", recuerda.

También desarrolla mucho más la creatividad, ya que al alfabeto propiamente dicho le añadimos grandes dosis de color, rellenos y siluetas diferentes.

Un ejemplo muy sencillo

Antes de empezar es importante conocer una de sus reglas básicas, que guarda relación con el trazado: si se dibuja hacia arriba, el trazo es fino, y si se hace hacia abajo debe ser grueso. Y con esta idea clara os proponemos un reto: escribir vuestro nombre.

Para ello tan solo hace falta usar dos lapiceros y ponerles una goma alrededor del extremo superior e inferior para que queden atados y con las puntas alineadas. Posteriormente, se inclinan los lapiceros a 45º y se escribe el nombre. El resultado final son trazos finos y gruesos diferentes, que permiten disponer de letras con el interior vacío para poder rellenarlo con lo que más nos guste.

¿Qué materiales necesitamos?

Pixabay

Papel. Al principio se pueden utilizar folios normales y también 'blocs' especiales para dibujar. Dependiendo de si usamos rotuladores, estilográficas o pintura habrá que usar un papel más absorbente, de acuarela, porque su gramaje soporta mejor la humedad.

Lápiz. Los recién iniciados pueden empezar con un simple lápiz.

Rotuladores. En los arranques de la actividad sirven los modelos normales, pero luego se pueden ir incorporando rotuladores con punta de pincel redondo, con depósitos de agua o tinta e incluso estilográficas y perfiladores.

Goma y escuadra. Son dos piezas importantes y muy útiles para iniciarse en este arte.

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