Poppy Leight es una estudiante de 13 años de la Manchester Health Academy que el pasado jueves quiso ir a la escuela de la forma más navideña posible debido a que era la última semana antes de las vacaciones. La joven inglesa decidió utilizar una botella de agua vacía y su madre le puso luces navideñas para hacer que su cabello pareciera un árbol de Navidad.

Sin embargo, cuando la alumna llegó al colegio, el profesor le dijo que su aspecto era fantástico, pero que tenía que quitárselo o marcharse a casa. La chica hizo caso y se lo cambió, porque le encanta la escuela y es una estudiante muy aplicada, así que quería quedarse en clase.

Tal y como contó a Metro su madre, Christie Leigh, la reacción de la academia le molestó un poco: "Era solo una tontería, un poco de diversión navideña antes de que terminara el colegio al día siguiente".

"Solo quería hacer las cosas algo más emocionantes. Poppy siempre está jugando con su pelo. Lo tiene tan largo que le llega hasta su trasero. No me deja que se lo corte", aclaró la mujer "No le importa lo que piensa la gente", comentó, asegurando que esa mañana cogió el tranvía como cada día llevando ese peinado.

El director de la Manchester Health Academy, Keven Green, explicó que tienen "normas sobre el uniforme y la educación", por lo que toda esta última semana "se han mantenido centrados en el aprendizaje".

"En ningún momento se mandó a ningún niño a casa. La alumna en cuestión es una gran estudiante y, aunque era un peinado muy creativo, por desgracia, era inapropiado para la escuela", concluyó el director.