B acumula 142.000 seguidores, se ha disfrazado en Halloween, busca los mejores escenarios parisinos para fotografiarse, veranea en Mallorca y acude a festivales de música. 

Hasta aquí nada la distancia de cualquier otra instagramer, salvo porque tiene antenas, alas y seis patas. Tal y como reza su biografía, es "la primera abeja influencer".

"Me encantan mis #piernasdeperritocaliente. Algunos dirían que son peludas, yo digo que son esponjosas" son las palabras que acompañan a la publicación, que recrea la típica foto de unas piernas junto al mar. 

Bee_influencer es un proyecto de Fondation de France que busca concienciar sobre las poblaciones de abejas amenazadas y recaudar dinero para esta causa. 

La crisis ecológica de las abejas se agrava, pues a la población de estos insectos se reduce a un ritmo vertiginoso por la destrucción de su habitat y el uso abusivo de químicos en la agricultura. Esto supone una gran amenaza para el suministro mundial de alimentos, que depende en gran medida de los polinizadores. 

Desde que se abrió la cuenta de Instagram de B en abril, esta ha conseguido más de 142.000 seguidores, y sus fotos no tienen nada que envidiar a los influencers humanos más seguidos. 

Al igual que estos, B intenta obtener todos los patrocinios posibles, y los fondos recaudados van a Beefund, el fondo de recaudación para esta causa. Sin embargo, ella solo trabaja con marcas que participan en programas de biodiversidad y que previamente han sido aprobadas por la Fondation de France.

Por ejemplo, realizó su primera colaboración con Ricola, la marca de pastillas contra la tos, pues esta apoya investigaciones y proyectos para proteger a las abejas reconstruyendo sus hábitats y mostrando los efectos nocivos de los pesticidas en los polinizadores.  

Por todo ello, B no duda en manifestarse por la causa cuando tiene ocasión y en sumarse a movilizaciones, como las de la semana de las huelgas climáticas de septiembre: "Es esencial salvar al planeta... ¡y a las abejas también! Ambas están amenazadas y, creedme, sería terrible vivir en un mundo sin abejas".