El truco de Arguiñano para conservar la lechuga lo más fresca posible en la nevera

Imagen de un cogollo de lechuga.
Imagen de un cogollo de lechuga.
PIXABAY
Imagen de un cogollo de lechuga.

La lechuga es una de las hortalizas que no faltan en el verano, una época donde las ensaladas se convierten en las protagonistas al ser un plato ligero que ayuda a resistir mejor las altas temperaturas. 

Rica en potasio, calcio, fósforo y magnesio, es un alimento bajo en calorías al tratarse de una de las verduras con mayor contenido de agua. Además, las hay de muchos tipos: lechuga romana, rizada, iceberg, escarola..., si bien las más consumidas en España son la romana y la lechuga iceberg.

Sin embargo, su conservación supone todo un reto, ya que se debe guardar en la nevera y es muy difícil que aguante más de una semana en perfectas condiciones.

En este sentido, el cocinero Karlos Arguiñano ha compartido en su libro El menú de cada día un truco para que este producto esté lo más fresco y crujiente durante el mayor tiempo posible.

Según explica, "la lechuga se conserva mejor si separamos sus hojas", de ahí que recomiende primero separar las hojas del cogollo, lavarlas y escurrirlas bien. 

El cocinero vasco remarca que es imprescindible que estén bien secas una vez lavadas, ya que la humedad puede empeorar su estado. A continuación, aconseja guardarla en un recipiente cerrado, que ayudará a alargar la vida de este alimento.

Por su parte, Eva Arguiñano también tiene otro truco de cocina muy similar para conservar la lechuga crujiente por más tiempo en la nevera, aunque en este caso añade otro elemento: el papel absorbente. "Solo necesitaréis un tarro de cristal y papel de cocina", indica. Además, esta técnica también sirve para otras verduras como las acelgas, la col, el repollo o las espinacas.

En este caso, el primer paso es cortar la lechuga, que deberá estar bien fresca -si se ha pasado, este truco no será tan efectivo-, y dejarla unos minutos en remojo para lavarla bien. A continuación, habrá que escurrir y secar la lechuga con papel de cocina para retirar el exceso de humedad.

El siguiente paso es introducir la lechuga en un recipiente hermético y de cristal, como un tarro o un tupper, y cubrir la lechuga con papel de cocina seco, de este modo absorberá la humedad y mantendrá su frescura durante más tiempo. Una vez cerrado el envase para que no entre el aire, se debe guardar en la nevera boca abajo.

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