El pollo asado es uno de los platos más fáciles de cocinar, económico y sabroso, si seguimos una serie de pautas para que el horno no elimine su jugosidad.
Sólo hacer que se vaya horneando en su propio jugo ya nos garantiza que será una receta exitosa ideal para toda la familia. Aún así, podemos agregarle nuestras hierbas aromáticas favoritas y llevar a cabo algunos consejos para que no pierda su sabor original. Para conocer todos los trucos que nos permitan conseguir el mejor pollo asado en casa, 20minutos ha preguntado al chef del restaurante El kiosko. A continuación, os trasladamos sus cinco recomendaciones imprescindibles.
1) Marinar el pollo previamente
Conseguiremos evitar que nuestro pollo al horno se seque más de lo deseable si lo marinamos en aceite, vinagre y limón unas horas antes de cocinarlo, en crudo. Esta idea se asemeja a una vinagreta. Dejaremos el pollo en esta solución durante dos horas mínimo. De esta manera ayudaremos a que la carne se ablande y le aporte más sabor.
Existen infinidad de maneras de marinarlo. Si quieres que su sabor tienda al curry, añádele un poco en el líquido. Otras opciones son la soja, la mostaza, miel… Échale imaginación, porque te sorprenderá el resultado.
2) El relleno perfecto
El siguiente paso para conseguir sacarle todo el jugo a nuestro pollo al horno consiste en introducir dentro de él, una vez limpio y marinado, un limón cortado por la mitad. Añade las hierbas aromáticas que más te gusten (tomillo, romero, orégano…).
Conseguirás una dosis extra de jugosidad si separas la piel por la parte delantera y untas con mantequilla pura entre la piel y la carne. A continuación, remata con un poco de mantequilla más por toda la superficie exterior del pollo. Para finalizar esta parte del proceso previo, salpimienta.
En esta recomendación particular, Agustín García, chef del restaurante Cícero, propone sustituir la mantequilla por aceite de oliva, antes de que el pollo entre en 'boxes'. Como medida extra, recomienda "ir regando de vez en cuando con vino o algún licor que nos guste. De esta manera, el horneado retendrá un poco más de humedad, estará protegido ante las altas temperaturas del horno, dorará mejor la piel y retendrás los jugos propios de la carne del pollo".
3) Precalentar, fundamental
Precalentar el horno a 190 ºC diez minutos antes de introducir la bandeja del pollo marinado y con mantequilla es esencial, mucho más de lo que podríamos pensar. No olvidéis este paso, para que la carne del pollo no se endurezca y mantenga su textura intacta.
4) Tápalo con papel de aluminio
Antes de introducir la bandeja con el pollo en el horno de casa, tapa la bandeja con papel de aluminio. Es preferible que trocees el pollo para que se dore antes, pero puedes meterlo entero.
Hornea el pollo a 175 ºC durante 30 minutos. El pollo, para quedar jugoso, necesita su tiempo, no te precipites. En cuanto haya pasado esa media hora, retira el papel de aluminio con cuidado de no quemarte.
Vuelve a introducir el pollo en su bandeja, y en el horno, pero esta vez sube la temperatura a 190ºC. Deberá permanecer dentro 15 minutos más, con el calor por encima y por debajo. Asegúrate de que las piezas más gruesas están colocadas al fondo del horno.
A continuación retira la bandeja y dale la vuelta al pollo con unas pinzas de cocina. Si tienes paciencia y esperas los últimos 15 minutos, no solo obtendrás una apariencia perfectamente dorada, con la piel crujiente, sino que verás que el plato está extraordinariamente jugoso.
5) Tiempo de reposo
Para finalizar los cinco puntos clave con los que conseguiremos sacarle todo el jugo a nuestro pollo, el experto chef del restaurante El kiosko nos recomienda sacarlo del horno y dejarlo reposar durante 10 minutos. El objetivo es conseguir que se asienten los jugos antes de proceder a trincharlo.
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