La elaboración de una receta de torrijas no tiene mucho misterio. La sencillez que presenta este postre típico de la Semana Santa de España las hace más accesible, ya que solo se necesitan como ingredientes principales pan de torrija o pan duro, leche, huevo y canela. Pero, en la actualidad, la innovación culinaria es algo que gusta y con lo que se disfruta. Y, este dulce de Cuaresma tiene la ventaja de que combina con muchos otros componentes alimenticios.
Así pues, la creación culinaria evoluciona hasta el punto de elaborar torrijas con leche condensada. Puede que nunca se te hubiera pasado por la cabeza, pero precisamente el producto lácteo no puede faltar en una buena receta de torrijas típicas. Por eso, si quieres darle un toque más intenso y dulce a tu postre, así es como debes incorporar esta variedad de leche.
Ingredientes para la receta
Prepara los ingredientes necesarios antes de empezar a cocinar y así elaborar la receta más organizada:
- 370 gramos de leche condensada
- Pan de torrijas (como unas 16 porciones)
- 2-3 huevos
- La ralladura de 1 limón
- Canela en polvo
Cómo elaborar torrijas de leche condensada
- Corta el pan en rebanadas de aproximadamente 2 cm de grosor y colócalas en una bandeja grande.
- En un recipiente, mezcla la leche condensada con la leche, la ralladura de limón y la canela en polvo. Calienta esta mezcla en una cacerola a fuego medio hasta que esté caliente pero sin llegar a hervir.
- En otro recipiente, bate los huevos.
- Sumerge las rebanadas de pan en la mezcla de leche condensada y limón, asegurándote de que se empapen bien, pero sin que se deshagan.
- Calienta abundante aceite en una sartén grande a fuego medio.
- Pasa las rebanadas de pan por el huevo batido y fríelas en el aceite caliente hasta que estén doradas por ambos lados.
- Si lo deseas, puedes añadir leche condensada sobre las torrijas antes de servirlas y darle así un toque más decorativo.
¿Qué es la leche condensada y para qué sirve?
La leche condensada es una variedad de un producto lácteo que ha sido cocido y azucarado para concentrar su contenido de agua y reducir su volumen. Es por ello que de esta elaboración nace esa mezcla espesa y dulce. Se produce mediante la eliminación de aproximadamente el 60% del agua de la leche y luego agregando azúcar para conservarla.
Tres formas de conservar las torrijas
La torrijas, como comentamos, son típicas de Semana Santa, una festividad religiosa que suele congregar a familiares en pueblos aprovechando a sus vez algunos días de vacaciones. Por ello, hacer este típico postre es ideal para acompañar al café de la tarde. Sin embargo, a veces se va la mano en la cocina y se termina preparando una buena cantidad, lo que genera la siguiente pregunta: ¿cómo las conservo?
Pues bien, dependiendo de cuánto quieras que te duren o el momento de comerlas, puede haber hasta tres formas de mantener este dulce sin que se eche a perder. Así pues, si la idea es consumirlas antes de las primeras 24 o 48 horas máximo, se pueden dejar a temperatura ambiente. No obstante, su tiempo de duración en esta situación se reducen considerablemente.
Si las prefieres para desayunar al día siguiente, lo más recomendable es que vayan directamente a la nevera. Eso sí, tendrás que conservarlas en un recipiente hermético alejado de cualquier olor o intoxicación que se pueda dar en el refrigerador.
Sin embargo, si quieres alargar su conservación en el tiempo, la torrijas se pueden congelar. Para ello, es mejor envolverlas individualmente en papel film o colocarlas en bolsas herméticas para congelar. De esta manera, pueden durar hasta 2-3 meses en el congelador. Al descongelarlas, es recomendable calentarlas en el horno o en el microondas para devolverles su textura y sabor originales.
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