El significado de la palabra brunch no es otro que la fusión entre breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo). Se trata, como su propio nombre indica, de una combinación de ambas comidas, cuyos origen no están en una tendencia o moda actual. Lejos de lo que pueda parecer, la primera vez que se escribió sobre el brunch fue en la revista satírica Punch, en el año 1896. Entonces, Guy Beringer definió a esta mezcla de desayuno y comida como algo "alegre, sociable e incitador".
Ha pasado mucho tiempo de aquel artículo (casi 130 años para ser exactos), pero el brunch sigue siendo tanto o más popular y proliferan los bares y restaurantes en los que se sirve este tipo de servicio, especialmente los domingos y días festivos. Así, pocas son las personas que no lo han probado al menos una vez en su vida, deleitándose con los deliciosos platos que no pueden faltar en cualquier brunch de éxito.
¿Dónde y cómo surgió el brunch?
Lo cierto es que la historia del brunch no es del todo clara. Mientras hay quienes afirman que tiene su origen en Inglaterra, otros lo trasladan a Estados Unidos. Por un lado, se dice que proviene de cuando las familias británicas de clase alta solían dar el domingo libre a los sirvientes, y estos preparaban un bufé para que, durante todo el día, sus jefes pudieran servirse. Por otro lado, hay quienes apoyan la teoría de que se hizo popular al otro lado del charco, haciendo referencia a cuando, en los años treinta, se tomaban cócteles y comida entre las 11 y las 13 horas para, supuestamente, mitigar los efectos del alcohol de la noche anterior.
Sea como fuere, lo que es un hecho es que con el paso del tiempo acabó convirtiéndose en una tradición que cada día suma más adeptos, aunque el objetivo de celebrar este tipo de reuniones es hoy en día muy distinto.
El brunch en la actualidad
Actualmente, el brunch suele llevarse a cabo los domingos o en días festivos y consiste en un plan con amigos, familiares o en pareja para hacer algo diferente y huir del clásico desayuno o comida. En España, muchos locales se han especializado en brunchs, incluyendo, además de los platos tradicionales, algunas recetas más típicas de nuestro país.
También es muy común llevar a cabo un brunch en eventos o reuniones de trabajo que impliquen tomar un cierto contacto con los demás y se alarguen durante varias horas por la mañana, siendo necesario comer algo. Si bien, todavía estamos lejos de países como Alemania e Inglaterra, en los que este servicio es una costumbre que sigue la mayoría.
Platos imprescindibles en un brunch
Aunque es más habitual disfrutar de un brunch en restaurantes que presentan un menú semicerrado para tal fin, también puedes modificar alguno de sus platos o ser tú mismo quien lo prepare en casa. En cualquier caso, necesitas conocer cuáles son aquellas recetas que no deben faltar.
- Tostadas dulces o saladas. Lo mejor del brunch es que incluye platos tan propios del desayuno, como de la comida, así que encontramos dulces y salados indistintamente. Es el caso de las tostadas o tostas que no deben faltar, ya sea con tomate y embutido, con aguacate y huevo poché o con finas lonchas de salmón ahumado: elige tu favorita.
- Tortitas. Puedes tomarlas con siropes, miel, crema de cacao, de cacahuete, diferentes frutas… o incluso acompañarlas con bacon o huevos al más puro estilo americano.
- Frutas, zumos y smothies. Todo brunch tiene una parte saludable y esta la componen los boles de frutas y cereales, con o sin yogur, los zumos o los batidos repletos de nutrientes y vitaminas para afrontar el día.
- Cócteles y bebidas. Siguiendo la tradición, en un brunch que se precie tampoco pueden faltar cócteles como la Mimosa, a base de cava y zumo de naranja, o Bellini, con zumo de melocotón.
- Huevos benedict. La joya de la corona son los huevos benedict o benedictine, típicos del brunch británico. Acompañados de aguacate, salmón y esa deliciosa salsa holandesa a base de mantequilla que los hace únicos, harán de cualquier brunch un auténtico manjar.
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