¿Qué pasa si se congela el aceite de oliva? El nuevo método para ahorrar en las cocinas de España

Cuando se congela el aceite de oliva se conservan su calidad y sus propiedades esenciales. Se trata de un método óptimo para comprar grandes cantidades, que se pueden meter en el congelador e ir descongelándolo a medida que se necesite consumir.
¿Qué pasa si se congela el aceite de oliva? El nuevo método para ahorrar
Aceite de oliva vertido en bandeja de cubitos de hielo
Getty Images/iStockphoto
¿Qué pasa si se congela el aceite de oliva? El nuevo método para ahorrar

El imparable aumento del precio del aceite de oliva en España, causado por la inflación, plantea un desafío importante para las familias que buscan equilibrar sus gastos en alimentos, especialmente en vísperas de Navidad. Este producto, esencial de la dieta mediterránea, ha registrado unos costes tan altos en los últimos meses (recordemos que ha pasado de de 6,91 euros a comienzos de enero de este año a 10,34 euros a inicios de septiembre), que no son pocos los hogares llevan a replantearse la manera de consumirlo para optimizar su utilización. 

Es más, con el objetivo de poder utilizarlo incluso después del paso del tiempo, hay muchas personas que se preguntan si caduca. Pues bien, lo cierto es que el aceite de oliva no caduca, pero los expertos recuerdan que es recomendable consumirlo en la fecha preferente de consumo. Al ser un producto natural, y aunque lleve mucho tiempo envasado, no va a perjudicar a la salud. 

Ahora bien, si está durante mucho tiempo en la despensa puede dar lugar a su oxidación y a la pérdida de sus propiedades beneficiosas para la salud. Ahora bien, ¿qué pasa si congelo el aceite de oliva extra?, ¿y qué son los grumos blancos?

¿Qué pasa con el aceite cuando se congela?

Cuando se congela el aceite de oliva se conservan su calidad y sus propiedades esenciales, puesto que se trata de un proceso natural que no altera los nutrientes ni el sabor del aceite de oliva virgen extra. Así, comprando en grandes cantidades se puede meter en el congelador e ir descongelándolo a medida que se necesite utilizar.

Para congelarlo, se recomienda llenar moldes de cubitos de hielo y formar porciones de fácil control sin malgastar grandes cantidades. Ahora bien, cabe tener en cuenta que, al igual que pasa con la mantequilla, el aceite de oliva es una grasa, y cuanto más baja la temperatura más sólida se vuelve.

Asimismo, otro punto a tener en cuenta es que el aceite de oliva suele congelarse alrededor de los 7ºC o menos, momento en el que adquiere una textura grumosa. De hecho, el aceite de oliva virgen extra se vuelve más denso por debajo de los 20ºC, y su congelación parcial (pequeños grumos) se hace evidente por debajo de los 10ºC.

¿Cuántas veces es seguro reutilizar aceite de oliva?

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), lo ideal sería utilizar aceite nuevo cada vez que vayamos a freír, ya que con cada uso se van acumulando sustancias que pueden ser perjudiciales para la salud. Por lo tanto, aunque lo recomendable es no reutilizar el aceite, tal y como explica la farmacéutica y nutricionista Boticaria García el hecho de poder reutilizarlo depende de muchos factores, como la temperatura a la que se caliente, por lo que lo ideal es reutilizarlo el menor número de veces.

¿Qué ocurre cuando utilizamos aceite usado?

Lógicamente, las propiedades organolépticas se va degradando con cada uso, aunque lo peligroso viene con la oxidación de las grasas. Al alcanzar temperaturas muy altas el aceite destila compuestos tóxicos que absorben los ingredientes que estamos cocinando. Con cada uso este proceso de oxidación ocurre a menor temperatura. Pero, ¿cómo sabemos si esto está ocurriendo? Si al calentar el aceite sale humo, ese aceite puede contaminar los ingredientes que estás cocinando, por lo que la temperatura nunca debería pasar los 175ºC.

¿Qué puede sustituir el aceite de oliva?

El aceite de girasol es la primera idea viene a la mente cuando se busca sustituir alternativas más económicas al de oliva. Para ello, es de vital importancia saber que en el caso del aceite de girasol, la grasa proviene de las semillas del girasol, fuente de nutrientes y sustancias no nutritivas como ácidos grasos poliinsaturados, insaturados y vitamina E, tal y como explican en la Fundación Española de la Nutrición (FEN).

Entre las grasas poliinsaturadas cabe destacar su alto contenido en ácido linoleico (omega 6), mientras que el aceite de oliva es rico en ácidos grasos monoinsaturados y destaca por su alto nivel de ácido oleico. En este sentido, el aceite de girasol se utiliza generalmente para freír alimentos sometidos a altas temperaturas, mientras que el de oliva es utilizado como aderezo en crudo para ensaladas y comidas, pero no es común su uso en frituras.

Cómo se debe conservar el aceite de oliva

Para alargar la vida de este producto 100% natural y conservar intactas sus propiedades, tenemos que tener en cuenta algunos factores que pueden dañar el aceite. Los peores enemigos de este ingrediente son el calor y la luz, por lo que, por lo general, las botellas que contienen aceite de oliva tienen un color oscuro, para evitar que la luz afecte al color y al sabor de este oro líquido.

Con el calor ocurre que puede terminar oxidando el aceite y volverse rancio, aunque las temperaturas extremadamente bajas tampoco son favorables para este producto, ya que si lo metemos en el frigorífico terminará cuajándose y solidificándose. Por ello, para conservar el aceite, lo mejor es hacerlo en un lugar oscuro donde la temperatura no sea demasiado elevada.

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