Kallax, Malm y albóndigas, aquellas cosas por las que acudimos a Ikea de vez en cuando. La compañía sueca que ha revolucionado el mundo de los muebles, no solo es experta en mobiliario, sino también en uno de los platos más populares alrededor del mundo: las albóndigas.
Seguro que la primera vez que entraste a un Ikea te dejó fascinado su enorme exposición con estancias perfectamente montadas y decoradas, el autoservicio en el almacén y, por qué después de pagar de repente te encuentras un supermercado lleno de salmón noruego, albóndigas y pasteles suecos.
De entre todos los productos que Ikea vende en su tienda y sirve en su cafetería, las albóndigas son sin duda los más típicos. Y quién no se pirra por una buena ración de estas bolitas de carne después de recorrer el almacén durante horas.
Fue en 1953, en la tienda de Älmhult, Suecia, cuando se abrió la primera cafetería de Ikea, aunque por aquel entonces solo se vendía pastel y café. No fue hasta 1985 cuando empezaron a servirse albóndigas en el restaurante, revolucionando las cafeterías del lugar.
La revolución del mundo Ikea
Más de 30 años después de haber abierto las cafeterías de la empresa, el fundado Ingvar Kamprad estaba preocupado, ya que la comida que allí se servía no estaba al nivel de la calidad y de la imagen que Ikea pretendía transmitir.
“Nuestra misión era asegurarnos de que nadie saliera de una tienda Ikea por tener sed o hambre”
El CEO de Ikea imaginó los restaurantes en las tiendas como un lugar donde los clientes pudieran sentarse, comer y planear cómo decorar sus salas de estar con productos de la marca. Por ello, planteó junto al responsable de tienda Sören Hullberg un cambió a la carta. Fue este último quien tuvo la idea de incluir las albóndigas. “Nuestra misión era asegurarnos de que nadie saliera de una tienda Ikea por tener sed o hambre”, explica en declaraciones a la 'CNN'.
Por ello, cuando se confeccionó el menú nuevo de Ikea se hizo pensando en alimentos que fueran populares en las diferentes culturas donde se encuentran sus tiendas. En este sentido, la albóndiga era el alimento perfecto. Además, es eficiente para congelar, su transporte es sencillo y se prepara rápidamente en las cocinas de Ikea. "Tuvimos un 'flechazo' con las albóndigas. No es un producto propiamente sueco, pero está presente en muchas culturas", añade.
Además de las albóndigas, el nuevo menú también incluyó platos básicos suecos como salmón y rosbif, y platos más pequeños como ensaladas y sándwiches.
Un abanico de posibilidades
Aunque en Suecia existen muchas y muy diferentes recetas de albóndigas, el chef de Ikea ideó una receta que consistía en dos tercios de carne de vacuno y un tercio de cerdo, pero Kamprad quería que la albóndiga fuera principalmente de cerdo.
La original, pollo, salmón, vegetariana y una nueva albóndiga a base de plantas. Ikea ha sabido darle a su producto culinario estrella la importancia que se merece con una amplísima variedad de albóndigas.
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