Estos son los seis alimentos que nunca deberías guardar en un táper de plástico

Guardar ciertos alimentos en la nevera parece, a priori, una tarea sencilla, pero no siempre lo es, sobre todo cuando se trata de cómo colocar los tápers en la nevera. A todo ello hay que sumarle que siempre surge la eterna duda sobre si es más recomendable el de cristal o plástico. Pues bien, hay varios puntos a tener en cuenta. En primer lugar, es de vital importancia saber que no se aconseja meter envases de comida calientes en el frigorífico, una comida muy habitual en España, aunque lo recomendable sería esperar a que se enfriara para proceder a guardarlo. 

La razón se debe a que puede provocar condensación, esto es, se produce humedad. Dicho de otro modo, los ingredientes de la receta que se haya cocinado se verían afectados, pero no solo ellos. La condensación generada también influye en el resto de alimentos en la baldosa, puesto que los gases o vapores generados por culpa de este cambio de temperatura, se propagan por todo el interior del frigorífico, lo que aumenta el riesgo de proliferación de bacterias. Por ello, lo más recomendable es meter la comida después de dejarla reposar con un límite de dos horas tras la cocción.

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Asimismo, hay que tener en cuenta que no todos los alimentos son aptos para cualquier tipo de recipiente y, es que, guardarlos en los clásicos táper de plástico o de cristal puede, en ocasiones, favorecer que se descompongan con mayor rapidez o, lo que es lo peor, que se contaminen por algún tipo de bacteria.

Qué alimentos no debes guardar en envases de plástico

Por increíble que parezca, guardar la fruta o la verdura en un recipiente de plástico hace que su textura se estropee más, aunque no es lo peor, puesto que favorece a la pérdida de sus propiedades nutricionales, como es el caso de las vitaminas. La mejor opción en este caso es optar siempre por envases de vidrio con tapa hermética que evite el contacto directo con el aire. En cualquier caso, tampoco se aconseja usar bolsas de plástico, ya que acelera su descomposición y favorece a la creación de moho y bacterias al concentrarse la humedad debido a que no circula el aire. 

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Esto mismo ocurre con la leche y los derivados lácteos. Ya sea en líquido, como en el caso del café con leche, o en salsa, por ejemplo unos espaguetis con nata, quedan fuera de las comidas aptas para táper, ya que su transporte hasta el lugar de trabajo, por poner un ejemplo, supone cambios de temperatura que podrían cortar el lácteo y provocar malestares estomacales. Además, en el caso de los quesos, son alimentos que generan una transpiración y guardados en este tipo de recipientes, favorece el crecimiento de bacterias y hongos. 

Las ensaladas aliñadas tampoco, y es que, los vegetales, ya sean frescos o manipulados, no son la mejor opción para guardar en esos táperes ya que pierden lo más importante: su textura crujiente. En estos casos lo mejor es, o bien condimentar la ensalada justo antes de consumirla; o bien transportarla en cristal, pues aísla mejor del calor exterior y conserva las propiedades de las hojas.

¿Qué es mejor táper de vidrio o de plástico?

Si bien es cierto que los de plástico son los más comunes, no son los más recomendables. Es importante que si nos decantamos por ellos estén libres de BPA, ya que puede intoxicar a la larga los alimentos que guardemos en ellos. Un motivo que debería ser suficiente para optar por unos de cristal, al que se suman otros como el hecho de no contaminar y asegurar que su vida útil es más larga y segura para nosotros o que sean mucho más fáciles de limpiar, especialmente si contienen alguna receta con tomate frito o colorantes.

En cualquier caso, independientemente del material del que estén hechos, lo que hay que tener en cuenta es que deben ir siempre dentro de una bolsa isotérmica para evitar la proliferación de bacterias, apunta la nutricionista Alejandra Bastarós, quien si ha de apostar por un táper en concreto, se inclina por el de cristal. "Los de plástico son porosos y absorben los olores de los alimentos".

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