¿Pierden los tomates el sabor en la nevera? Te contamos qué hay mito y de realidad en esto

Uno de los grandes ingredientes del verano son los tomates, el alma mater de muchos de los platos más populares de la temporada como el gazpacho o el salmorejo. 

Tomates hay de muchos tipos y variedades, aunque a día de hoy no es fácil encontrarnos con tomates de huerta de esos que huelen a rama y tienen el sabor del tomate de toda la vida, por lo que, cuando los conseguimos, lo último que queremos es que se nos estropeen, así que los guardamos en el frigorífico. 

Probablemente te haya pasado eso de preparar, por ejemplo una ensalada, cortar los tomates recién sacados del refrigerador, y darte cuenta que no saben a nada y que su textura no es lo que esperabas. ¿Es cierto que en la nevera los tomates pierden su sabor?

Pierden su sabor... pero solo por un rato

Según explica a través de su cuenta de TikTok Heinz Wuth, el sabor del tomate lo forman componentes vegetales atrapados en sus membranas celulares que se rompen al masticar, suponiendo una explosión de sabor. 

"Mientras que el componente Hexenal aporta el aroma, el Geranial aporta el sabor, y al guardar en frío duran más tiempo pero estas bajas temperaturas dañan las membranas e impide su actividad ezimática, lo que lleva a la pérdida de estos volátiles y tendremos un tomate de menos gusto", aseguran desde soycienciaycocina. 

¿Esto quiere decir que cuando sacamos los tomates de la nevera tienen menos sabor? Sí, aunque es algo que se puede recuperar. Si sacamos los tomates de la nevera y los dejamos a temperatura ambiente un día se reactiva la generación de volátiles, aunque nunca recuperarían el 100%. 

Para ello, tal y como nos recomienda este experto en ciencia, podemos conservar los tomates a temperatura ambiente, pero en recipientes que permitan recirculación y con su pedúnculo (el rabito), ya que así tiene menos exposición a gases de maduración como el etileno. 

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