Cómo saber que un alimento está en mal estado: trucos y claves para conservarlos

Varios alimentos guardados en la nevera.
Varios alimentos guardados en la nevera.
iStock / Milan Ilic
Varios alimentos guardados en la nevera.

Según datos del Informe del Desperdicio Alimentario en España del Ministerio de Agricultura, en 2021 se desperdiciaron 1,2 millones de toneladas de alimentos o, lo que es lo mismo, cada español tiró a la basura de media algo más de 28 kilos de comida. Una problemática que el Gobierno está dispuesto a frenar a través de la ley contra el desperdicio alimentario, pero en la que nosotros mismos tenemos un importante papel. Sobre todo, si llevamos a cabo una correcta conservación de los productos que tenemos en la nevera y aprendemos a diferenciar cuándo un alimento está en mal estado y cuando es apto para el consumo. 

La fecha de caducidad es la referencia que más se tiene en cuenta a la hora de determinar si un alimento es comestible o no, pero lo cierto es que no es, ni de lejos, la más fiable. La realidad es que hay productos que pueden estropearse antes de que esta se cumpla y muchos otros que podemos comer sin problemas mucho tiempo después de la fecha. Para saber si un alimento está en mal estado o no, lo importante es seguir una serie de claves con las que, entre otras cosas, evitemos desperdiciar comida o, en contraposición, sufrir una intoxicación alimentaria. Estas son algunas de las que propone la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición para reconocer y conservar alimentos. 

¿Cómo reconocer alimentos en mal estado?

Aunque a primera vista puede tener buen aspecto, reconocer un alimento en mal estado es sencillo siempre que se ponga el foco en los pequeños detalles, teniendo en cuenta cada tipo de alimento: 

  • Cambio de color o aparición de moho: El moho es uno de los signos más evidentes de que un alimento se ha deteriorado y no es apto para comer, pero no siempre aparece. En el caso de carnes, aves, pescados y verduras, especialmente, se deben tener muy en cuenta los cambios de color. Mientras que las carnes tienden a ennegrecerse cuando están en mal estado, en las verduras aparecen ciertas manchas que, en algunos casos, se pueden eliminar para consumir el resto del producto.
  • Cambios en el olor: Si un alimento desprende un olor ácido o desagradable, va a ser nuestra propia intuición quien nos empuje a desecharlo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ciertos ingredientes huelen así de forma natural y que otros desprenden este olor cuando se ponen malos (la leche o el pescado, por ejemplo). 
  • Cambios en la textura: Los vegetales, las frutas, las legumbres o los cereales tienden a arrugarse y descomponerse cuando dejan de ser comestibles. Si bien, siempre es preferible observar cómo se encuentran bajo su piel antes de tirarlos, en el momento en el que se humedecen e, incluso, aparecen insectos, estamos ante un alimento en mal estado que conviene tirar a la basura. 
  • Envases dañados: En el caso de las latas o los botes de conserva, es importante observar si presentan agujeros, rasguños o si se han abombado. En estos casos, pueden no haberse mantenido y que el alimento que tengan en el interior esté estropeado. 
  • Tiempo en la nevera: Más allá de todas las señales manifiestas que pueden presentar los alimentos sobre su estado, lo principal es tener siempre presente el tiempo que llevan los mismos en la nevera o en el congelador. Por norma general, el tiempo que los productos pueden estar en el frigorífico va de una semana a diez días, aunque en el caso de los alimentos ya abiertos, hablamos de un par de días. La comida congelada no debería conservarse durante más de tres o cuatro meses.
No debemos dejar pasar más de 5 días
En el caso de los yogures, no debemos dejar pasar más de 5 días desde que se abren.
iStock

Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición insisten en que la forma de conservar los alimentos es clave para evitar posibles enfermedades gastrointestinales o intoxicaciones alimentarias. De la misma forma, mantener una higiene adecuada dentro y fuera de la nevera, alargará el tiempo que tardan los productos en deteriorarse. 

Cómo conservar los alimentos en el frigorífico

“Cuando lleguemos a casa, trataremos de clasificar los alimentos en alimentos que no necesitan frío, alimentos refrigerados y alimentos congelados”, indican en la página web de la AESAN. En este sentido, la etiqueta de los productos alimenticios nos puede ayudar, ya que en muchos casos nos informará del modo de conservación más adecuado.

En el frigorífico, los alimentos deben conservarse entre los 0 y 5 °C, siguiendo un orden según sus necesidades de conservación para que unos alimentos no contaminen a otros. De esta manera, proponen:

  • En el estante superior: alimentos cocinados (sobras de comida envasadas, recipiente con conservas no utilizadas en su totalidad, etc.)
  • En el estante del centro: Huevos, productos lácteos y embutidos
  • En el estante inferior: alimentos crudos: carne, ave y pescado, siempre envasados y separados adecuadamente, y productos en descongelación, así evitaremos goteos y derrames.
  • En la puerta: bebidas o alimentos con un consumo frecuente, como leche, refrescos o zumos.
  • En los cajones inferiores: Frutas y verduras.
Imagen de archivo de un tupper de comida.
Imagen de archivo de un tupper de comida.
GTRES

'First in, First out'

Lo primero que entra debe ser lo primero que sale, ese es el fin del lema 'First in, First out’, una máxima que podemos seguir para llevar a cabo una correcta conservación de alimentos. Además, es aconsejable limpiar con frecuencia el interior de la nevera y siempre que se produzcan derrames o goteos, así como utilizar envases y tapas para evitar que los alimentos crudos “contaminen” los alimentos listos para el consumo.

Cómo conservar los alimentos en el congelador 

Para guardar alimentos en el congelador, es recomendable hacerlo en porciones pequeñas, tratando de que se congelen lo antes posible. Si congelas alimentos después de cocinarlos, no olvides dejarlos enfriar antes de introducirlos en el congelador, ya que al introducirlos calientes, puedes afectar negativamente a la temperatura de otros. Además, no se debe recongelar los alimentos, puesto que sucesivas congelaciones, facilitan su contaminación.

Y ¿qué pasa con los alimentos que no necesitan frío?

Entre los trucos y claves que debemos seguir para que aquellos alimentos que se conservan fuera de la nevera no se pongan en mal estado, la AESAN habla de mantenerlos en un lugar fresco y seco. Reorganizar los armarios para consumir primero aquellos productos con una fecha de caducidad más próxima y, en el caso de abrirlos y no gastarlos, trasladarlos a la nevera dentro de un recipiente hermético. 

Apúntate a nuestra newsletter y recibe en tu correo las mejores novedades para disfrutar al máximo del placer de comer.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento