No hay nada tan típico en España como el pan. Este alimento es básico y universal también en otros puntos del mundo, ya que es una delicia muy apreciada en el recetario común. Sin embargo, es un producto que cambia mucho en sabor y forma dependiendo del lugar en el que te encuentres y también en el que lo compres. Es por ello que, algunos panes de supermercados no pasa el umbral de la calidad por parte de los consumidores. Es por ello que la mayor preocupación es la procedencia y la frescura de este alimento con ingredientes básicos como la harina, la levadura, el agua y la sal.
Aunque todavía en los pueblos se mantenga la práctica tradicional de la panificadoras de leña, en los supermercados de la gran ciudad encontramos cada vez más barras de pan procesadas y de masa congelado. No obstante, detectar que el pan que compramos en supermercados pueda ser congelado no es una tarea sencilla. Aun así, hemos descubierto algunos indicadores que pueden ayudarnos a identificarlos.
Cómo detectar que el pan es congelado
Pese a la dificultad ya comentada, para detectar una barra de pan congelada debes prestar atención a algunos puntos. Hay algunos de estos productos que llegan envasados a los supermercados, es ahí donde tienes que tener acceso a un etiquetado que te cuente su proceso de elaboración, entre los que tiene que destacar términos como congelado o "congelación rápida".
Además, si el pan ha pasado por el congelador se notará en la textura y en la humedad. Este tiende a ser más denso y también más seco que el pan recién hecho. Por ello, si te encuentras con una barra de pan demasiado firme y seca, posiblemente haya pasado por un proceso de congelación.
Esto afecta también a su consistencia. Si es envasado, esta se podrá observar a través del envase, si no la verás en una masa con aspecto desigual. Estos pueden ser indicios de que el pan ha pasado por un proceso de congelación y descongelación.
Por otra parte, aunque no es un indicador definitivo, la fecha de caducidad puede proporcionar pistas sobre la frescura del pan si lo compras envasado. Si la fecha de caducidad es considerablemente lejana, es posible que el pan haya sido congelado para prolongar su vida útil. Y, por supuesto, se notará sobre todo en su sabor y aroma. El pan recién hecho tiene un sabor muy característico que puede durar horas, eso significa que es de buena calidad y está elaborado en el momento.
Beneficios del pan recién hecho
Siempre que sea posible, lo más recomendación para nuestro organismo y nuestro paladar es apostar por el pan recién hecho. El pan recién hecho tiene un sabor incomparablemente fresco y delicioso que no se puede replicar en panes preenvasados y procesados. La combinación de ingredientes simples y el proceso de horneado adecuado realzan su sabor único.
El truco para detectar que además los ingredientes no ha pasado por ningún tipo de congelación y está bien elaborado está en su corteza y su masa. La primera debe ser firme, si se resquebraja es que el pan está mal hecho o ha pasado por congelación. En cuanto a la masa, si pruebas a meter un dedo en la miga y esta vuelve a su lugar es que está bien elaborado y es fresco. Es por ello, que el pan recién hecho tiende a tener una textura más esponjosa y ligera, lo que lo hace más agradable al paladar.
Y, en cuanto a valoración nutricional, no es sorpresa para nadie que un pan recién hecho conserva mejor su fibra, sus vitaminas y minerales, que uno que ha pasado por un proceso de conservación y congelación.
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