Desde el estreno de la primera temporada de Soy Georgina, la modelo y empresaria está en boca de todos. Este jueves 23 de marzo, la plataforma ha estrenado la segunda temporada dedicada a la docuserie de la modelo de raíces argentinas.
Pareja del futbolista Cristiano Ronaldo, en la producción habla de su infancia, sus raíces y muestra su personalidad. Tanto en la primera como en la segunda temporada, Georgina se declara una amante de la gastronomía, y en la despensa de su casa -y de su jet privado-, hay un alimento nunca puede faltar: los embutidos ibéricos.
Durante uno de los capítulos de la primera temporada, Georgina visita las localidades aragonesas de Jaca y Graus, donde pasó su infancia y adolescencia. Allí, acompañada por las cámaras, visitó Embutidos Aventín de Graus, una carnicería donde la celebrity solía comprar. Con cariño, Georgina recordaba que le dieron un "curso" para distinguir uno de sus alimentos preferidos, la secallona, de otros embutidos como la longaniza o el fuet.
Fuera de las fronteras de Aragón o en Cataluña, este embutido es un completo desconocido. La secallona es un embutido fácilmente confundible con el fuet, pues tienen un aspecto bastante similar. Se elabora con carnes magras de cerdo, normalmente, con el jamón y la paleta, y una pequeña cantidad de panceta para que resulte más jugosa. Estas carnes se pican, se condimentan con sal y pimienta, se embuten en tripas de cerdo o de cordero y se dejan secar.
La secallona se suele consumir cruda, en lonchas finas y tomándola sola o con pa amb tumaquet. A veces, cuando está poco curada, también suele freírse en aceite o en su propia grasa. La secallona también es estrecha como el fuet, entre 3 y 4 cm de diámetro, pero más alargada y seca. Además, no suelen tener tanta flora exterior como el fuet o la longaniza, ese moho blanco tan característico. Otro rasgo que la identifica es la hendidura que presenta en medio.
La secallona, prohibida en Arabia Saudí
Ahora que Georgina, junto a su familia, se ha mudado a Arabia Saudí, no podrá disfrutar de este embutido clásico de su tierra. Este país árabe cuenta con un marco legal muy estricto en determinados asuntos, entre ellos en los alimentos y bebidas que pueden consumirse dentro de sus fronteras. La ley islámica, en la que se basa el sistema legislativo saudita, prohíbe explícitamente el consumo de varios alimentos: la carne de animal ya muerto (carroña), la sangre, la carne de cerdo y la carne dedicada a cualquier otra deidad que no sea Allah.
Por lo tanto, la importación y consumo de cerdo o productos derivados de este animal quedarían estrictamente prohibidos y penados para los locales y también para los visitantes al país musulmán, como confirma la web de Asuntos Exteriores del Gobierno de España. La secallona, en consecuencia, sería uno de los alimentos prohibidos en el nuevo hogar de la empresaria y su familia. El consumo público de alcohol es otro de los actos estrictamente prohibido en Arabia Saudí, que constituye un delito penado con pena de cárcel.
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