El arte de hacernos comer con los ojos: así es el trabajo de un 'food stylist'

La composición de la mesa es una de las labores de los estilistas gastronómicos.
La composición de la mesa es una de las labores de los estilistas gastronómicos.
Laura Ponts
La composición de la mesa es una de las labores de los estilistas gastronómicos.
El arte de hacernos comer con los ojos
Wochit

Buscar restaurante. Consultar su Instagram. Llegar al restaurante. Hacer foto para Instagram. Probar los primeros platos. Subir foto a Instagram. ¿Qué papel juegan las fotos en una experiencia foodie?

Cada vez que accedemos a las redes sociales estamos siendo bombardeados por estímulos visuales continuos. Fotos bonitas de las cuales, en el supuesto de que nos interese mucho aquello que nos están mostrando, lleguemos a leer los copies que las acompañan. 

Una ubicación, un escenario, una luz, un producto... ¿Cuánto peso ha tomado la imagen a la hora de consumir? Como no podía ser de otra manera, la revolución de las redes sociales y del mundo visual también ha llegado a la gastronomía. Y lo ha hecho -aparentemente- para quedarse. Ya nadie se descarga la carta de un restaurante donde un conjunto de letras agrupadas pretenden crear en nuestro ideario la imagen de un plato delicioso. 

Los elementos perfectamente colocados que nos encontramos cuando entramos a stalkear ese restaurante en el que estamos a punto de reservar -o no, si no nos gusta lo que vemos-. Antes que con la boca comemos con los ojos, y eso es algo que los food stylist tienen perfectamente medido. 

Por su Instagram les reconoceréis

En su tercera acepción, la RAE dice del estilista que es aquella 'persona que se dedica al estilismo y cuidado de la imagen'. Y si en lugar de vestir a personas, tu trabajo consiste en vestir platos y mesas, el término se extiende a lo gastronómico para hacernos devorar con la mirada. Es ahí donde aparecen los Food Stylist

Cuando Laura López -aunque su nombre de batalla es Laura Ponts- comenzó a fotografiar sus recetas para compartirlas en redes sociales no se imaginaba que poco tiempo después iba a acumular legiones de seguidores. 355.000 para ser más exactos. 

Explosiones de colores, alimentos de temporada colocados estratégicamente para hacernos salivar con tan solo abrir Instagram. Montones de comida donde todo combina a la perfección además de ofrecernos una estampa que todos querríamos para nuestro salvapantallas del móvil. Imágenes que casi se pueden oler. 

Laura -quien confiesa que su nombre artístico se debe al pueblo que la vio nacer de manera personal y profesional- se define como una de esas personas en cuya casa no puede faltar un buen vino, un buen aceite de oliva, un buen queso y un buen jamón. Y buena cuenta de ello da en sus redes sociales. 

Por su parte, Raquel Carmona se define como narradora visual, fotógrafa y estilista gastronómica. Y cordobesa, no menos importante. A través de su Instagram, Carmona ha encontrado la manera de expresarse y de ganarse la vida. 

La viveza y el colorido de los alimentos en contraste con el fondo negro, su manera de hilar las recetas en el momento perfecto y su soberbia manera de presentarlo ha conquistado a las marcas -y a sus 100.000 seguidores- que requieren de su talento.

En Foodie.El festín de la fotografía y el estilismo gastronómico, Raquel cuenta cómo la imagen se ha convertido en el lenguaje del siglo XXI. En su libro, repleto de imágenes, la estilista gastro ofrece una docena de recetas de temporada donde explica todo el proceso que hay detrás de de la foto: desde la selección de productos hasta la elaboración del plato. 

Chefs, fotógrafos o influencers: en qué consiste el trabajo de los estilistas gastronómicos

"No tengo formación en estilismo gastronómico pero en los poquitos años que llevo en Instagram he ido aprendiendo sola y al final es una manera de mostrar una mesa, unas recetas, unos bodegones" asegura Laura Ponts, quien se ha construido a sí misma como profesional de las redes, de la fotografía y de la cocina. ¿Y si tuviésemos que definir a un food stylist en una sola frase? La catalana lo tiene claro: "El food stylist es hacer un poco de arte con la comida y los pocos elementos que hay en una mesa".

Raquel Carmona entiende el estilismo gastronómico como un conjunto: "Al final la imagen es un conjunto de cosas, desde que compras el ingrediente, si vas a elaborar receta, como a la elaboración de la receta, la presentación, la elección de todo lo que es el atrezzo y sobre todo lo que quieres contar". 

La estilista gastro, que conoce muy bien la importancia de saber narrar, asegura que "tú puedes hacer una tortilla de patatas y montar un escenario simulando que estás de picnic en el campo o puedes montar un escenario simulando que estás en casa de tu abuela o de tus padres con un estilo diferente". He ahí la importancia, no solo de saber preparar la receta, que sea fotografiable -que no siempre es tarea fácil-, que el escenario sea el indicado y que transmita aquello que buscamos. 

Laura Ponts: "El food stylist es hacer un poco de arte con la comida y los pocos elementos que hay en una mesa".

Lo que nos entra por el ojo

¿Qué papel juega la imagen y la estética en el antes, el durante y el después de una experiencia gastro? "Es muy importante la presentación y hoy día aún más porque al final comemos con los ojos", asegura Ponts, quien conoce muy bien cuál es el gancho estético para, al menos, captar la atención desde el otro lado de la pantalla. 

Paso 1: que te entre por los ojos. Hace tiempo que lo de buscar un restaurante en una guía quedó un tanto obsoleto. Ahora lo primero que hacemos -además de preguntar a esos amigos que siempre tienen un as debajo de la manga-, es abrir Google, meter el nombre del restaurante en el buscador y revisar todo aquellos que se nos ponga por delante. Y además de su web, uno de los primeros enlaces que se nos desplegarán ante nuestros ojos será la cuenta de Instagram. ¿Cuánto afecta lo que nos encontremos a la hora de reservar -o no-?

"Hay muchísima gente que cuando quiere viajar busca imágenes bonitas y que sean estéticas, y al final vamos a ir a un restaurante o a otro según las imágenes que vayamos encontrando por internet, por lo que hoy en día es super super importante", asegura la estilista gastro.

Para Raquel Carmona la presentación es básica: "para un restaurante como incluso para una empresa de productos en su packaging o su imagen en Instagram. Hay veces que el producto no se merece tener esa imagen porque realmente no expresa cómo está, porque realmente tú puedes comer con los ojos". 

Tanto establecimientos como marcas de comida están tomando conciencia de la importancia que juega la imagen previa a la hora elegir ese lugar o ese producto. "Cada vez hay más conciencia de la importancia de la imagen, y poco a poco las marcas se están dando cuenta porque antes te lo presentaban con las típicas fotos con fondo blanco, que ahora también y pienso que es necesario, pero al final una imagen tiene que expresar muchas más cosas"- sentencia la cordobesa. 

Paso 2: La inspiración. La posibilidad de crear contenido pasa por los elementos de los que dispongamos y la propia imaginación y creatividad. Para quien, al visitar un restaurante busca explotar la posibilidad de crear contenido, todo elemento cobra importancia. "Desde un vaso, un cubierto, una vela, una flor… Al final puedes ir a un restaurante que esté todo riquísimo pero si ves que en la terraza hay poca decoración o está dejado no vas a ir, no te apetece"- reza la food stylist catalana. 

"Cada vez hay más conciencia de la importancia de la imagen, y poco a poco las marcas se están dando cuenta"

Y de inspiración y su búsqueda Carmona nos cuenta dónde ha encontrado las musas en estos tiempos tan atípicos: "Este año con el tema de la pandemia mi mayor inspiración han sido las redes sociales y libros. Yo necesito seguir bebiendo de inspiración, y pasé una racha después de la pandemia que necesitaba salir, ver museos…"

Mientras que la influencer cordobesa encuentra la inspiración en sus vías de escape, la catalana intenta inspirarse en el producto de temporada: "Si ahora se comen cerezas e higos pues intento hacer recetas más apetecibles, más bonitas, frescas, coloridas, más fáciles también… Pero se hace muy complicado no repetir recetas. Ahora mismo lo que hago es tirar un poco de Pinterest, que me inspiró muchísimo, y de los libros que tengo en casa o de revistas". 

Paso 3: Compartir, que es vivir. De una manera u otra, de forma más asidua o más descuida... todos usuarios de redes sociales nos hemos convertido en narradores de historias. 

¿Qué papel juega la foto de después es la experiencia foodie? ¿Es acaso un sacrilegio acudir a un restaurante de lo más moderno o preparar un plato delicioso y no compartirlo en redes sociales?

"Desde ponerte en Instagram a buscar el local, a buscar las fotos etiquetadas, a si el local tiene buena luz, que desde la mesa el fondo sea bonito, que el emplatado sea un 10, que los cubiertos sean originales, que puedas hacer un poquito de composición con lo que tengas en la mesa… al menos yo es lo que busco"- se confiese Ponts, quien, por fuerza mayor y por gusto, tiene una exigencia de la estética elevada. 

Puedes ser más o menos activo en redes sociales, vivir dentro de ellas o ni siquiera saber qué es eso de Instagram, pero, te hayas dado cuenta ya o no... tú también comes con los ojos antes que con la boca. 

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