Pese a que su mala fama las precede, lo cierto es que no son tan mortales. No son animales agresivos y normalmente suelen huir cuando se sienten amenazados. Su mayor peligro es pisarlas accidentalmente en aguas poco profundas. En algunas ocasiones, sí que atacan.
Pixabay/endlesswattsNo se puede infravalorar su peligro, pero los datos muestran que en sus encuentros con humanos suelen salir perdiendo. Un estudio reciente ha mostrado que de 600 casos, en el 34% de las ocasiones el animal terminó muerto. En Yellowstone por ejemplo la probabilidad de que un oso te lesione es de una entre 2,5 millones.
Pixabay/Ellen26Estos arácnidos también tienen que cargar con una mala reputación que es completamente inmerecida. En muy pocas ocasiones pican y solo lo hacen tras varias provocaciones. Además, sus mordeduras casi nunca son fatales. En 2013 se reportaron 1.866 picaduras y no hubo ninguna mortal.
Pixabay/WikiImagesEn 80 años han muerto 24 personas a causa de los ataques de los caimanes, por lo que estos animales no se caracterizan por su alta mortalidad. No son tan peligrosos porque son muy selectivos a la hora de alimentarse y suelen optar por piezas pequeñas, por lo que el ser humano no suele estar entre sus prioridades.
Pixabay/PexelsSe les suele presentar como animales sedientos de sangre y una gran amenaza, pero lo cierto es que la gran mayoría solo se alimentan de plantas, mamíferos acuáticos y otros escualos. Los datos dejan claro que solo mueren por culpa de sus ataques seis personas al año, lo que es una cifra bastante baja.
Pixabay/christelsSu fiero aspecto puede llevar al engaño, pero estos animales casi nunca atacan a los humanos. De hecho entre 1986 y 2014 tan solo ha habido tres muertes en California.
Pixabay/cougarSon carroñeros y se alimentan normalmente de animales muertos, por lo que no suelen suponer una amenaza para el ser humano. Pese a sus garras afiladas, suelen rechazar las presas vivas.
Pixabay/5598375Su carta de presentación es temible: son las segundas serpientes más venenosas del mundo, pero la realidad es que llevan desde los años 60 sin matar a ningún humano. Para que su veneno nos cause algún síntoma deben pasar horas.
Pixabay/skeezeSu gran peligro es como transmisores de enfermedades como la rabia, pero los datos desmienten los temores. Menos del 1% de los ejemplares tienen esta dolencia y no suelen atacar a humanos.
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