“No sería quien soy si no hubiera hecho karate”

Sandra Sánchez:

“No sería quien soy si no hubiera hecho karate”

Sandra Sánchez, mejor karateka del mundo, se abre a mí en su Talavera de la Reina natal para descubrirme los secretos de su deporte, disciplina que le dio el oro en los Juegos Olímpicos de Tokio, tierra originaria de esta arte marcial

          

Una fina lluvia me recibe en Talavera de la Reina (Toledo), localidad en la que nació y vive la nueva entrevistada de '#SoyAlfredo, el reto'. Respeto fue mi primer sentimiento cuando leí su nombre en la bandeja de entrada: Sandra Sánchez. La karateka es la cuarta protagonista de esta temporada, me la propuso la incansable Susana dentro de una iniciativa de Iberdrola que me está permitiendo conocer historias y deportes a través de figuras olímpicas de primer nivel.

Tras superar el miedo por mi falta de estabilidad con Laura Fuertes y el boxeo, me adentro en el karate, arte marcial que Sandra Sánchez lleva practicando desde los cuatro años. Su gesta de casi cuatro décadas sobre el tatami comenzó por la relación tan estrecha que tenía con su hermano. “Le habían apuntado a karate y yo quería estar con él”, recuerda.

Con Paco no solo compartía el deporte que le dio fama sino que también veía ‘Bola de Dragón’, serie de animación japonesa que le marcó en los juegos y la lucha. “Lo asocio a recuerdos bonitos, a jugar con mi hermano, a pelearme, pero siempre había un código no escrito de que, si alguno se hacía daño, se paraba. Si luego veíamos que no era nada, seguíamos peleándonos”, rememora. De la lucha en los pasillos pasó al podio con el kata: “No sería quien soy si no hubiera hecho karate”.

Reconoce que su evolución personal no es solo gracias al arte marcial, también a su sensei. “He tenido la suerte de tener un maestro que me enseñaba con su ejemplo, es buena persona y tiene un corazón que no le cabe en el pecho. No necesita transmitirte los valores diciéndote ‘esto tiene que ser así’. A través del ejemplo y de cómo se comporta, tú quieres ser igual porque te transmite algo bueno”, explica.

Afirma que siempre tiene la sensación de querer ser un poquito mejor que ayer, algo que contrasta con el único límite que admite entre risas: sus 153 centímetros de estatura. Esta filosofía le hace tener muy en cuenta la parte mental. “En el karate se trabaja para romper la barrera psicológica, cuando la mente te dice ‘no puedo’, y ver hasta dónde somos capaces de llegar después de esa línea”, afirma a la par que argumenta que, si alguien le dice que no puede hacer algo, ella simplemente lo hace.

 

"En el karate se trabaja para romper la barrera del ‘no puedo’ y ver hasta dónde somos capaces de llegar"

Camino

a Tokio

    

La primera mujer en la historia que ha sido distinguida como ‘Karate-do Legend’ es consciente que los medios de comunicación realizan una buena labor, pero queda mucho por hacer, sobre todo a nivel de profesionalización. “Al final, si los patrocinadores no llegan es muy difícil poder dedicar tu vida a entrenar”, argumenta. “Iberdrola fue mi primer patrocinador, cuando había ganado solo un europeo. Me gusta porque luego van llegando los éxitos, vas creciendo, te siguen acompañando en ese camino y tú quieres que sean parte también de todo lo bueno que estás viviendo”, continúa.

Además, considera a su familia su pilar fundamental y ha antepuesto su bienestar al karate. Sin ir más lejos, recién entrada en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, a su madre le detectaron un cáncer y decidió mantenerse en su hogar. “No pensaba que eso me iba a alejar tanto de la competición, aunque elegiría una y un millón de veces estar cerca de mi familia”, comenta. Le apartó momentáneamente, pero su Do (‘camino’, en japonés) estaba marcado para hacer historia. Comenzó a entrenar con Jesús del Moral, que se convirtió en su pareja, y el trayecto culminó con la medalla de oro olímpica en Tokio 2020.

Esta presea le sigue removiendo sentimientos “porque ese día al final te explotan tantas emociones que no te da tiempo a sentirlas”. Cuando era niña, su madre le cambiaba la medalla por un ejemplar de la revista 'Súper Pop'. Se autocalifica como un desastre a la hora de organizar sus trofeos y confiesa que, cuando empezó a hacerlo, le ocurrió un hecho inesperado.

En 2020, su nombre entró a formar parte de los récords Guinness por ganar 35 podios consecutivos en el circuito mundial. “En una competición, luchas por lograr el oro, pero esto no lo esperaba. Un día me llegó un 'e-mail' y me hizo mucha ilusión”, dice la deportista. Cuenta que al ganar se acordaba de sus sobrinos, de su hermano, de su familia… a los que siempre saludaba por televisión, haciendo un corazón y el símbolo del infinito a la cámara. “En definitiva, a la gente que al final, realmente ha recorrido ese camino contigo”, afirma.

La karateka Sandra Sánchez entrenando
La karateka Sandra Sánchez entrenando.
ALAYANS STUDIO

Mis nervios estaban a flor de piel ante la perspectiva de realizar un kata con Sandra Sánchez, lo que me hizo preguntarle por su estrategia para combatirlos. Me respondió: “Los nervios siempre existen, pero aprendes a convivir con ellos. Les gano un poco la batalla sabiendo que he hecho un trabajo previo tan bueno”. Y con dedicación me siguió transmitiendo enseñanzas sobre un elemento, el kata, que para ella es magia.

Tras retirarse del deporte de alta competición después de su oro en Tokio, comparte su conocimiento para canalizar la energía que lleva dentro. Entrena entre 2 y 3 horas al día, da seminarios, tiene una plataforma para enseñar karate 'online' a la gente que tiene menos recursos y se mete “en todos los proyectos que pueda imaginar”. Todo para seguir difundiendo los valores de un deporte en el que para ella no importa la discapacidad o la no-discapacidad. “El cómo te hace sentir que puedes crecer como persona, como karateka, el sentir que puedes ir superando tus límites, el respeto, la tradición, la empatía, la disciplina... Todo eso no entiende de discapacidad”, concluye antes de invitarme a realizar katas con ella en una de las experiencias más transformadoras de mi vida.

Alfredo y Sandra practican un kata
Alfredo y Sandra practican un kata.
ALAYANS STUDIO

Alfredo

Quintana

Alfredo Quintana Machín (Zaragoza, 1985) nació con espina bífida. Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y en Periodismo por la Universidad San Jorge, su discapacidad no es sinónimo de límite. En '#SoyAlfredo, el reto' se aventura a descubrir distintas disciplinas olímpicas, entrevistando y practicando cada una de las modalidades para romper cualquier barrera física.

Alayans Studio - Idea creativa: Fedra Valderrey - Producción: Sara Cabrero, Ana P. Echavarría y Pilar Sanz - Audiovisual: Pablo Ballesteros - Diseño: Beatriz Areste y Pablo Calahorra Subías