La historia de Munic: superación entre música y el fútbol americano

Con el programa CaixaProinfancia, la Fundación “la Caixa” apoya a menores de familias vulnerables para que puedan tener un futuro mejor. Es el caso de Munic, que ha encontrado su camino gracias al deporte y la música, en La Ludo de Sabadell

OFRECIDO POR Fundación "la Caixa"

Munic llegó un día, como tantos otros antes, a La Ludo de Sabadell. Lo que parecía que iba a ser una tarde como cualquier otra, con amigos y haciendo deberes, acabó convirtiéndose en el punto de inflexión que le ayudaría romper con un círculo vicioso que afecta a casi 20 millones de niños en Europa: el de la pobreza hereditaria. Uno de cada tres menores que vive en España lo hace en riesgo de exclusión social por un contexto socioeconómico y familiar que se encuentra o bien en riesgo de pobreza o bien en el umbral de la misma.

Toda esta situación se agravó a lo largo del año pasado y un estudio de Save The Children demuestra que el hecho de que los padres tengan trabajo no sirve para asegurar que los menores crezcan en un entorno libre de pobreza. El 40% de los niños que en España se encuentran en esta situación de vulnerabilidad proceden de familias con empleo y la gran mayoría de menores que crecen en hogares vulnerables tendrán, probablemente, situaciones de precariedad en el futuro. La desigualdad en el acceso a la educación y a la atención sociosanitaria es una de las causas más importantes de este hecho.

El caso de Munic es uno de los miles que, a diario, se acogen al programa CaixaProinfancia bajo el paraguas de la Fundación “la Caixa” para conseguir encontrar la motivación y la ayuda necesarias que les ayuden a romper las barreras con las que los menores en riesgo de exclusión se encuentran a diario. Esta es su historia.

Una madre que nunca perdió la sonrisa

Hijo de padres inmigrantes, con raíces gambianas y siendo el pequeño de tres hermanos, Munic nació y creció Sabadell en un entorno precario. Aunque en su momento, durante la infancia, no fuera consciente de ello. Los días pasaban entre el colegio y las tardes en la entidad Ludo Margarida Bedós, de la red CaixaProinfancia, donde participaba en actividades extraescolares, como hacer los deberes en compañía, recibir apoyo educativo y hacer amigos. De estos últimos, todavía conserva la relación con varios ya que su paso por La Ludo le puso en contacto con gente increíble.

Además de las amistades, este centro de Sabadell le empujó a descubrir dos grandes aficiones que, sin darse cuenta, le facilitaron todas las herramientas necesarias para que pudiera desarrollar todo su potencial, creatividad e imaginación y que tanto él como su hermano y su hermana pudieran escapar de un contexto de precariedad. Eso sí, en ese camino nunca faltó el esfuerzo de su madre, una mujer luchadora “que nunca perdió la sonrisa” y que les acompañó durante todo este duro pero, al final, fructífero recorrido.

La primera vía de escape fue la música. “Mi hermano escuchaba batallas de gallos y yo no las entendía”, relata con una sonrisa Munic. Y, como si de una casualidad se tratara, en la Ludo Margarida Bedós un día organizaron un taller de rap de un artista de Sabadell. Entre ambos, comenzaron a escribir una canción y desde ese momento el gusanillo de la música nunca abandonó el cuerpo de Munic.

Bajo el apoyo de su grupo Hustle Boys, Munic ha grabado y lanzado varias canciones dentro de un estilo rap y trap con las que sigue relatando y narrando su día a día, sus vivencias y sus experiencias. Ya en el momento en el que empezó a escribir como ahora, la música ha sido su manera de expresarse, de contar cómo estaba emocionalmente, de encontrar una vía de escape.

Ahora él trata de devolver el favor trabajando de voluntario en este mismo centro, ayudando a niños y niñas que están en la misma situación en la que se encontraba él y de la que consiguió salir gracias al trabajo de otros voluntarios y profesionales porque, como Munic bien explica, salir de la precariedad es algo que no puedes hacer tú solo, por mucho que quieras. “Pedir ayuda, es de valientes”.

¿La música o el fútbol?

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Munic ha encontrado dos grandes pasiones gracias a su paso por la Ludo Margarida Bedós
FLC

Como él mismo cuenta, se futuro se debate entre dos caminos posibles: la música, en la que ya se siente cómodo y comienza a ser reconocido, y el deporte. “Mamá, me voy a probar el fútbol americano”, dijo un día en casa. Gracias a su esfuerzo consiguió entrar en un equipo y entrenar. Desde el primer momento se enamoró de este deporte por la exigencia y la disciplina, además de por la oportunidad de aprender algo nuevo.

Esta es otra de las características de la personalidad de Munic: su voluntad de mejorar. Trabajar en uno mismo, para mejorar día a día, ha sido su mantra para escapar de una situación en riesgo de exclusión y visualizar un futuro que le hiciera feliz. Confiesa que cuando empezó a entrenar con su equipo de fútbol americano “era malo, muy malo”. Pero así mismo se dijo: “toca mejorar”. Tal y como explica, “se puso las pilas” cada vez que estaba en el campo de juego era para hacer algo productivo. “Era para ser mejor que ayer”.

Salir de una familia numerosa con pocos recursos no ha conseguido frenar a este muchacho de 18 años que tiene una mentalidad guerrera, además de una constancia envidiable. “Saber de dónde vienes, quién eres y hacia dónde vas es muy importante”, sentencia Munic, que desde su trabajo como voluntario también anima a diario a que otros jóvenes encuentren su camino como lo hizo él. “A lo mejor no lo tienes claro hoy, pero trabajas en lo que te gusta y lo tienes claro mañana”.

Solo es progreso si progresamos todos

El programa CaixaProinfancia ayuda cada año a cerca de 60.000 niños y niñas (el año pasado fueron 58.841 y a 35.326 familias) en situación de pobreza y exclusión social. Los menores a los que atienden van desde recién nacidos hasta chavales de 18 años y el objetivo es conseguir que rompan el círculo vicioso de la pobreza hereditaria.

Desde CaixaProinfancia se trabaja con enfoques distintos para romper esta tendencia: el refuerzo educativo, el ocio y el tiempo libre, el apoyo educativo familiar, la atención psicoterapéutica personal y familiar y la promoción de la salud. Este programa está extendido por más de 127 municipios repartidos por las 17 comunidades autónomas y las 2 ciudades autónomas y se apoya en 420 entidades sociales que atienden a las familias vulnerables.

Algunas de las acciones directas que se desarrollan en estas líneas de actuación y apoyo son: la atención de logopedia y psicomotricidad, el acceso a campamentos de y actividades de verano, la atención integral a madres y menores víctimas de violencia machista, la atención terapéutica familias y el reparto de gafas y audífonos a aquellos jóvenes que las necesiten y cuyos progenitores no puedan permitirse comprarlas.

Todas estas ayudas son el impulso para que gente con talento, con ganas y con aptitudes pueda romper la barrera del contexto y las condiciones en las que viven. Munic es solo un ejemplo de cómo se puede salir de la exclusión con el apoyo educativo y social adecuado y cómo se puede motivar a los jóvenes de familias en riesgo de pobreza para que no se conformen y luchen por sus sueños ya que el progreso de una sociedad solo puede considerarse tal si, al final, todos y todas conseguimos progresar. 

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