BODEGAS LALANNE BARBASTRO

Un legado familiar de trabajo, esfuerzo y pasión en cada vino

Las hermanas Laura, Leonor y Lucrecia son la quinta generación al frente de una bodega centenaria que ha sabido resistir al paso del tiempo. Su capacidad para preservar la esencia y adaptarse a los desafíos es algo que caracteriza a todos los protagonistas de '¡Hola de nuevo!', un proyecto de Banco Sabadell sobre empresas con mucha historia.

En el corazón del Somontano, en Barbastro (Huesca), se encuentra Bodegas Lalanne, un negocio familiar fundado en 1894 por Francisco Lalane Merlet y Juana Felicia Lataste. Desde entonces, la pasión por el vino ha pasado de generación en generación, llegando ahora a las manos de las hermanas Leonor, Laura y Lucrecia Lalanne.

Esta historia familiar es la primera entrega de ‘¡Hola de nuevo!’, es un proyecto de Banco Sabadell que rinde homenaje a negocios familiares de larga trayectoria que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su identidad ni su esencia.

'¡Hola de nuevo!' es un proyecto que rinde homenaje a negocios familiares que perduran en el tiempo

La historia de los Lalanne se remonta a más de 180 años atrás, cuando la filoxera les obligó a trasladarse desde Burdeos a Aragón. En la Finca San Marcos encontraron un clima y un terreno ideales para cultivar la vid. Este terreno fue rebautizado tiempo después como Torre del Americano, haciendo honor a la procedencia de los pies o portainjertos que Francisco Lalanne trajo de ese continente, ya que las vides americanas tienen una resistencia natural al mencionado parásito.

“Al llegar aquí, lo que hicieron fue trasladar ese concepto de château francés y construir una bodega como la que tenían allí en Burdeos: la casa familiar, la bodega al lado y el viñedo rodeándolo todo”, explica Leonor Lalanne. 

Así fue como se hicieron las primeras plantaciones de viñedos de alta calidad traídos de esta ciudad francesa, como Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Chardonnay... Todos sobre el citado pie americano con el fin de evitar para siempre la filoxera. Hoy en día, Bodegas Lalanne es un referente en el mundo del vino español, combinando tradición y modernidad, ya que fueron los primeros en embotellar su propio vino dentro de la D. O. Somontano.

Innovación sin olvidar las raíces

La bodega actual, la misma que entonces, sigue siendo el núcleo principal de la familia. “Después de 130 años hemos ido renovando, manteniendo, arreglando y ampliando un poquito las instalaciones para adecuarnos a las necesidades actuales”, matiza la portavoz de las hermanas. Criadas entre barricas y viñedos, han heredado la pasión y el amor por este arte, transmitiendo así una historia de esfuerzo, ilusión y dedicación.

Leonor Lalanne: “Todos nuestros recuerdos están unidos a los de la viña y la bodega”

“Continuamos en este negocio por historia. Nuestros padres nos han inculcado un gran amor por el trabajo, por la viña y por la bodega. El único mensaje que puedo dar a las personas y a las generaciones que estuvieron antes que nosotros es el de gracias”, afirma Leonor. Esta quinta generación ha aprendido de su antecesora el esfuerzo, la ilusión, el cariño y sobre todo la pasión por seguir con lo que sus antepasados han hecho cada día. En esa línea, argumentan su éxito: “La clave es mantenernos aquí”, concreta.

La clave del éxito de Bodegas Lalanne radica en su capacidad para mantenerse fieles a sus raíces, mientras apuestan por la innovación y la sostenibilidad. A través del enoturismo, invitan a los visitantes a sumergirse en su patrimonio histórico, mostrando cómo cada botella lleva consigo siglos de tradición y cuidado.

Las hermanas Lalanne apuestan por la innovación y la sostenibilidad.
Las hermanas Lalanne apuestan por la innovación y la sostenibilidad.
P.B.

Por otro lado, al abrir sus puertas a eventos especiales como bodas o cumpleaños, la bodega se convierte en un lugar único donde celebrar momentos inolvidables. Además, han sabido llegar a un público mayor al comercializar sus vinos por internet: jóvenes, tintos, rosados, blancos, crianzas, reservas, grandes reservas o Brut Nature.

En Lalanne han apostado por la innovación incorporando visitas guiadas o adaptando la bodega a nuevas elaboraciones

Herencia y artesanía

Las hermanas Lalanne llevan el amor por el vino en sus venas, herencia de su padre, quien inmortalizó sus nombres en los caldos de la bodega: Leonor en el Gewurztraminer blanco, Laura en el Chardonnay rosado y blanco, y Lucrecia en el Brut Nature. Esta tradición se renueva con Inés, hija de Leonor, quien orgullosa comenta: "Hace unos meses, el tinto más joven de la bodega lleva el nombre de mi hija, Inés Lalanne".

Mirando al futuro, la familia anhela que Lalanne siga siendo un negocio familiar y artesanal: “A la siguiente generación les decimos que si quieren que este sea su camino que se esfuercen, que luchen, que tengan muchas ganas de trabajar y de continuar con lo que hemos hecho”, afirma Leonor.

Bajo esta filosofía, Bodegas Lalanne es un ejemplo del poder del trabajo familiar, la pasión y el compromiso: “Algo que quisiéramos que se quedara en el recuerdo de las personas que han pasado por Bodegas Lalanne es todo nuestro trabajo, todo nuestro esfuerzo, todo nuestro cariño y todos nuestros desvelos, intentando conseguir mantenernos, superarnos y hacer que las personas que nos conozcan o que beban nuestros vinos se queden con un buen sabor de boca”, concluye Leonor.

Alayans Studio - Idea creativa: Fedra Valderrey - Reportaje: Patricia Díaz - Producción: Pilar Sanz - Audiovisual: Pablo Ballesteros - Diseño: Beatriz Areste - Maquetación web: Javier Asuar