La derrota ante Suecia ha dejado la clasificación para la Eurocopa difícil, pero Aragonés no pretende irse y la Federación, como dijo el sábado también Villar, pretenden darle continuidad. A pesar de lo que diga la prensa y los aficionados.

"Mi futuro depende de la Federación. No depende de mí el futuro, depende de la Federación y si acaso un poco de vosotros -a los periodistas-. No sé por qué tengo que dar yo el paso de dimitir", aseguró Aragonés con rotundidad en Suecia.

Fe mutua entre Villar y Aragonés

Por su parte, agradeció también en el aeropuerto la confirmación de su presidente. Pese a que señaló que era innecesario hacerlo públicamente porque ya lo habían hablado entre ellos antes del partido. El técnico se ve con fuerzas suficientes para sacar al equipo de la crisis.

Aragonés no va a tener más amagos de dimisión y se va a aferrar al puesto hasta que lo echen. Tanto o más que Villar, quien después de cada derrota reacciona renovando la confianza en el técnico. Ambos se han metido contra corriente en un callejón que puede tener difícil salida.

El hecho es que la selección está tocando fondo y siempre se ha apostado por el cambio necesario. El último ejemplo fue el de Iñaki Sáez después la Eurocopa de Portugal y otro que cada vez se parecen más fue el de Javier Clemente tras la derrota ante Chipre.

Y ahora Argentina

La paciencia en la afición ya no existe tras lo sucedido en Rasunda y el próximo miércoles ante Argentina (22:00 horas en La Nueva Condomina de Murcia) otra mala imagen puede dictar sentencia, a pesar de ser un amistoso.

Si España gana y ofrece un buen espectáculo, las cosas seguirán igual hasta que se reanude la competición oficial el próximo mes de marzo.

Pero quizás entonces ya sea tarde para enderezar un barco que parece ir a la deriva.