¿El deporte no tiene edad?

No. Por lo menos para mí...

¿Cuándo comenzó a correr?

Al año de jubilarme. Tendría 56 años.

Y corriendo hasta hoy...

Llevaré 100.000 kilómetros entre entrenamientos, carreras...

¿Y todos los días?

Tres horas diarias. Unos 20-25 kilómetros.

¿Cuánto compite al año?

Un par de maratones, cuatro medios maratones y varias carreras populares. He acumulado más de 200 trofeos.

¿Y cuál es el más especial?

El Comité Olímpico Español me regaló la antorcha que porté con la llama olímpica a su paso por Granada en 1992.

Tendrá un museo en casa...

Mis nietos se llevan los trofeos. Algún día presumirán.

¿Por qué no jugar a las cartas en el bar y sí correr?

La gente mayor busca entretenerse, pero no se cuida. Me tildaban de loco por correr, pero ahora muchos me envidian (risas), porque parezco más joven que muchos que realmente son más jóvenes. No soy viejo, sino una persona con juventud acumulada.

¿Fue usted fumador?

Yo fumaba y pensaba que si lo dejaba, engordaría. Me convenció un amigo en una partida de dominó. Al final le dije: «Tengo más cojones que tú y que el tabaco».

Se dice que el deporte a ciertas edades no es bueno...

Da vitalidad y salud, aunque hay que hacer por entrenar. Yo disfruto, pero también sufro física y mentalmente.

¿Qué le dice la familia?

Que no me esfuerce tanto, pero nunca fuerzo la máquina.

¿La gente joven se cuida?

Desgraciadamente, no; con los vicios, la hierba, el botellón...

¿Algún reto?

Puedo hacer un maratón en tres horas y media.

Bio

Nacido en 1931, este granadino trabajó en Telefónica y también ha sido administrador de fincas.