Fernando Alonso apenas se enteró de que el GP de Australia fue uno de los más accidentados que se recuerdan en la Fórmula 1. El piloto asturiano, líder destacado del Mundial, puso la directa a las primeras de cambio y no frenó hasta cruzar la meta en primer lugar. Por detrás de él hubo un accidente tras otro y el coche de seguridad tuvo que aparecer varias veces por la pista, pero Alonso disfrutó de un cómodo triunfo: «La victoria no ha estado en ningún momento en peligro, y de no haber sido por las neutralizaciones podría haber acabado con 20 ó 30 segundos de ventaja», explicó el español. Alonso sumó su segunda victoria en tres carreras disputadas y amplió a 14 puntos su ventaja al frente del campeonato.La carrera fue movida desde el principio con un trompo de Juan Pablo Montoya en la vuelta de reconocimiento y unos problemas que impidieron arrancar a Giancarlo Fisichella. El italiano tuvo que salir desde boxes y dejó a Alonso segundo en la parrilla, por detrás de Jenson Button. El asturiano aprovechó la primera neutralización por un triple accidente de Massa-Rosberg y Trulli para adelantar a Button y ya no cedió el liderato. Raikkonen se coló en el segundo puesto, mientras que por detrás se estrellaron Michael Schumacher, Klien y Liuzzi. Button perdió su Honda a sólo 20 metros de la meta.