Caída y coraje

A 20 kilómetros de la meta, con el pelotón lanzado en busca de la fuga del día, Valverde cayó en medio del gran grupo tras producirse un afilador (en el argot ciclista es el roce en movimiento entre la rueda trasera de un ciclista con la delantera de otro). De un posible triunfo, el murciano pasó a su segunda retirada en la ronda gala tras la del año pasado. Pero en 2006 no hay victorias en el zurrón, como entonces en Courchevel.

La carrera volvió a repetir el guión de las jornadas precedentes. Con 216 kilómetros por delante, muchos ciclistas buscaron la fuga buena. Y alguno que otro besó el suelo. Dos, Fred Rodríguez y Erik Dekker, con especial gravedad tras una escalofriante caída que los llevó al hospital.

José Luis Arrieta (AG2R) y Unai Etxebarria (Euskaltel) lograron meterse en la fuga buena. Arrieta, incluso, se la jugó en solitario a 15 km de meta y mantuvo un intenso pulso con sus perseguidores y un pelotón lanzado. Pero el Cauberg, el último muro del día, le pasó factura y el relevo ofensivo lo tomó, un día más, Mathias Kessler (T-Mobile), que a base de fuerza logró la victoria que ayer se le resistió.

Hoy, el Tour regresa a territorio francés tras tomar la salida en Huy (Bélgica) y afrontar 207 km hasta Saint Quentin. «El equipo pierde todas las ilusiones en este Tour por culpa de una desgraciada caída. Nos ha tocado a nosotros y de nada sirve darle vueltas», confesaba Eusebio Unzué, director de Alejandro Valverde.

Las cunetas se tiñen de rojo

Las ambulancias del Tour de Francia tuvieron ayer trabajo. La tradicional tensión de la primera semana, en la que todo el mundo quiere rodar en cabeza, deparó una grave caída en la que se vieron implicados el holandés Erik Dekker (Rabobank), que se produjo una gran brecha, y el estadounidense Fred Rodríguez (Davitamon-Lotto), que se rompió la clavícula.