Sudor y lágrimas le ha costado al club de la Costa del Sol luchar por el título de la ACB. No fue fácil el partido en el Martín Carpena, a pesar de contar con un pabellón lleno y enfervorecido.

Inicio badalonés

En el primer cuarto el DKV demostró que llegaba a Málaga con la intención de darlo todo y dispuesto a cambiar la historia. Nadie en la ACB ha conseguido remontar un 2-0 en contra.

De 12 llegaron a ir ganando los de Aíto Gacía Reneses, el Unicaja no se encontraba en el campo, con continuos ataques fallidos y una defensa pobre, incapaz de parar a su rival.

Hasta la mitad del segundo cuarto los malagueños no demostraron que era su cancha y que en ella no suelen fallar.

Los de Scariolo consiguieron reponerse, acortando distancias, pero los badaloneses no estaban dispuestos a echar a perder todo el esfuerzo conseguido.

Los dos últimos, malagueños

Después del descanso el encuentro cambió de color. Unicaja sacó toda su bravura, y animado en todo momento por su afición, consiguió remontar el partido y dar el salto a la final.

Un buen partido del cajista Marcus Brown, junto al juego en equipo sirvieron a los de Scariolo para hacerse con una ventaja, de 13 al final del partido.

Al Joventut le faltaron fuerzas en el último cuarto para mantener el marcador a raya y pelear hasta el final por un hueco en la final contra el Tau.