El Forester es el modelo intermedio de la gama, una especie de familiar de formas cuadradas con tracción a las cuatro ruedas (como todos los Subaru) y una configuración técnica (suspensiones altas, 4x4, reductora) que lo convierten en un medio ideal para circular por pistas o zonas de poca
adherencia.

 

Su estética no es especialmente llamativa, pero resulta original, con detalles de nivel, como las puertas sin marco, con los cristales al aire. El interior ofrece un espacio generoso, con un diseño agradable y unos materiales y terminaciones de calidad.

 

 

El motor gasolina de dos litros (el más asequible) ha sido revisado y ahora ofrece 158 caballos. Es un propulsor muy agradable y silencioso que funciona bien a cualquier régimen de giro, pero que ofrece lo mejor en la zona alta del cuentavueltas, algo que repercute de forma negativa en el consumo.

 

La combinación de suspensiones y tracción total es lo mejor. En asfalto se muestra cómodo, estable y sin balanceos de la carrocería, mientras que en camino resulta increíblemente cómodo y con una asombrosa facilidad para filtrar las irregularidades del firme, mejor que muchos auténticos todoterrenos. La tracción a las cuatro ruedas es, en buena parte, responsable de este comportamiento, y añade una pequeña reductora de aproximadamente media marcha, además de un sistema que evita que el coche se vaya hacia atrás en las rampas.

 

El equipamiento no cuenta con control de estabilidad (ni como opción), aunque en el paquete extra tiene elementos como el cargador de CD, o un enorme techo solar de cristal.