La goleada de España en su última prueba antes del Mundial 2010, 6-0 a Polonia en la Nueva Condomina, dejó el esperado regreso de Fernando Torres, recuperado de su lesión de rodilla, y las buenas sensaciones en el madrileño, que colaboró con un gol.

Como estaba planificado desde que Vicente Del Bosque diseñó junto a los doctores de la selección española un plan individualizado de trabajo para Fernando Torres y su progresivo regreso a la dinámica de grupo, y la conclusión al trabajo llegó en el último amistoso de España antes del Mundial.

Torres jugó sus primeros minutos, exactamente 24, después de que fuese operado el pasado 19 de abril en Barcelona, donde fue sometido a una artroscopia para corregir su problema en el menisco externo de su rodilla derecha.

Después de perderse la parte final de la temporada con el Liverpool, fue convocado pese a la lesión por Del Bosque tras comprobarse en los controles médicos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) su buena evolución y que estaría en condiciones de disputar el Mundial de Sudáfrica.

Comenzó la concentración ejercitándose en el gimnasio y realizando carrera continua sobre el césped. Cuando ganó fondo físico comenzó a tocar balón y a entrar progresivamente en los entrenamientos del grupo, hasta ser uno más en los últimos días antes de que se produjese su regreso a los terrenos de juego.

Sustituyó a David Villa en el minuto 66, para jugar su encuentro 73 (24 goles) y situarse a solo dos partidos de Rafael Gordillo para convertirse en el octavo futbolista con más internacionalidades en la historia de la Roja.

En los minutos que estuvo sobre el campo jugó como la referencia ofensiva, sin formar pareja con Villa, lanzó desmarques y buscó el gol continuamente. Cabeceó un saque de esquina a las manos del portero rival y marcó en una acción individual de Pedro Rodríguez, que le asistió en el que era el quinto tanto de la noche.