El partido tiene todos los ingredientes para convertirse en una de las finales más espectaculares de los últimos años. Compiten los dos delanteros del momento –el campeón y subcampeón manomanistas–, llega un pelotari vizcaíno a la final tras 20 años de ausencia y es una de las finales más jóvenes. La media es de 26 años.
Las apuestas están, con pocas diferencias, con Olaizola II. Y, por cierto, olvídense de comprar entradas. Están agotadas desde hace semanas.
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