Fernando Alonso y Michael Schumacher convirtieron ayer el GP de San Marino en una reedición del espectacular duelo que protagonizaron la pasada temporada en el trazado de Imola. Esta vez el guión sufrió una pequeña variación: el alemán mandó desde el principio y se impuso con autoridad al asturiano, que en las cuatro primeras pruebas ha logrado dos victorias (Bahrein y Australia) y dos segundos puestos, y sigue al frente del Mundial.La carrera sufrió pronto la criba. Con Schumacher en cabeza, Alonso, que partía quinto, se colocó cuarto –gracias a una torpeza de Barrichello– en la salida tras la estela de Massa y Button. Entonces, el de Renault, de 24 años, impuso un ritmo vertiginoso y empezó a pisarle los talones al alemán, con problemas en sus neumáticos.
Complicado adelantar
La lucha hasta el final estaba servida, aunque Alonso tenía el handicap del trazado, donde es complicado adelantar. Un par de errores del guaje, que a punto estuvieron de costarle caros, le convencieron para asegurar la segunda posición. «En un circuito normal podría haber ganado», dijo Fernando Alonso a la conclusión.
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