Y ahora, que por fin ha podido debutar tras superar su lesión, marca más goles en propia puerta que en la ajena. Él le pone una sonrisa: «No puedo ser más feliz», sentencia el educado Woodgate.
¿Qué fue lo primero que pensó cuando le dijeron que fichaba por el Real Madrid?
Soy afortunado.
¿Echa de menos Inglaterra?
Apenas. Aquí estoy de maravilla. Lo mejor es la siesta.
¿Comida inglesa o española?
Soy inglés y tengo que decir que la inglesa, pero también me gusta la española.
¿Su plato preferido?
Los torreznos.
¿Y el cocido?
Está bien, pero prefiero los torreznos.
¿Mujer inglesa o española?
Todas están bien.
¿Qué le parece el tráfico en Madrid?
Ohh, Dios mío, una locura. Hay un montón de coches y todos intentan colarse. Todo está lleno de obras.
¿Cuál es el lugar madrileño que más le gusta?
Mi casa.
¿Qué pensó con los dos goles en su propia puerta?
Es mala suerte. Me lo tomo a broma. En el vestuario me llaman Pichichi, y Luxemburgo quería ponerme un marcaje.
¿Haría la cucaracha?
A mí me pillan muy lejos, porque soy defensa. Pero no me parece mal; no hacen daño a nadie
¿Su mejor amigo en el vestuario?
Los fisioterapeutas.
¿El compañero más divertido?
Ronaldo.
¿Qué jugador le ha impresionado más desde que está en España?
Ronaldinho.
Con la fama de malo que traía de Inglaterra, parece muy tímido...
Allí cometí sólo un error, y la gente empezó a criticarme sin conocerme.
¿Cómo es que usted habla tan bien español y Beckham ni lo chapurrea?
Yo tengo más tiempo libre. David está más liado cuidando a sus hijos.
BIO
Jonathan Woodgate nació el 22 de enero de 1980 en la ciudad inglesa de Middlesborough. Con 13 años ya jugaba en el Leeds, de centrocampista. Antes de llegar a Madrid, militaba en el Newcastle United. Su sueño confeso este año, ganar un título.
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